Por mucho tiempo decidí postergar lo que me llamaba más la atención, porque simplemente creía que no me merecía estar apasionado en lo que hago. Pensé que había un limitado cupo para las personas que disfrutan sus proyectos, que quizás yo no podía hacerlo.
Pero todos tenemos derecho de emocionarnos con lo que hacemos. Y creo firmemente que todos merecemos levantarnos felices por el trabajo y la vida que tenemos.
A lo largo de nuestras vidas nos han enseñado a pedir permiso para hacer las cosas. Ya sea el permiso para salir y jugar con nuestros amigos. Permiso para salir del salón e ir al baño. Permiso a un mentor de la escuela para tomar cierta clase. Permiso a tu jefe para probar nuevas campañas de publicidad. Bueno, hay millones de cosas en las que siempre estamos pidiendo permiso.
Pero, ¿sabes qué? En vez de esperar una respuesta de alguien más, me gustaría que hoy mismo te des permiso a ti mismo.
Si estás pensando en lanzar un negocio, proyecto, escribir un libro, hacer videos, no tienes que pedirle permiso a nadie. Es más, mírate al espejo y después de confirmarte lo guapo que estás, otórgate el permiso de hacer eso que estabas pensando hacer.
Sé que suena tonto, pero ese pequeño paso puede liberarte mucho estrés y confirmarte que estás haciendo lo correcto. Así que, eso que quieres hacer y que estás esperando que alguien te dé permiso para empezar, ya no esperes más. Otórgate el permiso y hazlo.
Date el permiso de empezar ese blog.
Date el permiso de escribir ese libro.
Date el permiso de viajar por el mundo.
Date el permiso de apasionarte en lo que haces.
Date el permiso de triunfar.
Date el permiso de descubrir tus pasiones.
http://www.inspirulina.com/date-el-permiso-para-apasionarte.html