EL SEXO TÁNTRICONuestra sociedad occidental del estrés, incluso en la cama va con prisas. Focaliza la atención en torno al orgasmo y la eyaculación, según los cuales determinamos si “ha estado bien” o no. Aquí se encuentra la gran diferencia con el sexo tántrico, en el que lo importante no es el destino, sino disfrutar cada momento del recorrido.
Está práctica, basada en una filosofía de vida oriental con más de 4.000 años de antigüedad, a diferencia de lo que muchos piensan no es una guía de posturas al estilo Kamasutra para retardar la eyaculación. Es cierto que el hombre debe aprender a controlar el orgasmo, pero su fin no es “aguantar más”, sino que éste no domine la escena sexual.
Para conseguirlo, el hombre debe conocerse a sí mismo (masturbación mediante) y saber cuál es su punto de no retorno, practicar los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos pubocoxígeos y dominar la respiración. Aunque necesaria para el sexo tántrico, ésta no es la base sobre la que se sustenta.
Los cuatro pilares fundamentales del Tantra son: pensar únicamente en el presente y disfrutar el momento, aceptar a los demás y a uno mismo tal y como son, expresar lo que se piensa y se siente durante el acto y seguir un movimiento armónico y fluido. Controlar la respiración y sincronizarla con la de tu pareja también es muy importante.
El sexo tántrico enseña cómo vivir el deseo con complicidad, naturalidad y lentitud, prestando toda la atención en todo gesto de la pareja. Es valorar cada beso, cada caricia y cada mirada que, estando completamente relajados, se perciben mucho mejor. Estos dos son unos pequeños ejercicios introductorios en pareja para intentar fundir vuestros cuerpos en uno solo.
1. Abrazaos con espontaneidad, como hacéis normalmente, durante unos 3 minutos. Dejaos llevar, cerrad los ojos y observad cómo os sentís. Ahora alejaos y, siempre uno frente al otro, saludaos con la cabeza, manteniendo una mano sobre el corazón. Id acercándoos lentamente, mirándoos a los ojos, tratando de manteneros relajados y respirando profundamente.
Cuando estéis cerca, alargad los brazos llevando las manos hacia el otro y abrazaos de modo que las manos sientan la carne, los huesos y los músculos, con cuidado de no ejercer ningún tipo de presión.
Fuente:
http://www.hombremoderno.es/eros/el-sexo-tantrico-a08/