Este ejercicio ayuda al hombre a disociar el orgasmo de la eyaculación y poder ser multiorgásmico y a la mujer a lograr orgasmos extremos.
Para prepararse para el masaje. la pareja se asegura que su vejiga e intestinos estén vacíos y toman un baño, de preferencia juntos. Antes de iniciar el masaje se sientan uno frente al otro, ponen su mano derecha en el corazón del otro y se toman de la mano izquierda. Se ven a los ojos hasta que sus conciencias se han unido. Esta parte es fundamental del masaje tántrico.
Masaje al hombre:
Cuando estén listos, el hombre se recuesta en supta badha konasana. La mujer se pone al lado derecho del hombre. Respiran larga y pausadamente por unos momentos. Este tipo de respiración continúa durante toda la sesión. La mujer masajea las piernas, cadera, estómago y pecho del hombre antes de masajear los genitales. La mujer aplica lubricante o aceite al pene y los testículos. El masaje es muy lento y el hombre va indicando la manera en que desea recibir el masaje. La mujer masajea el pene, los testículos y el perineo del hombre. El hombre con sus manos pide a la mujer que se detenga cuando siente que está llegando al punto de no retorno; en otras palabras cuando siente que si el masaje continúa por unos segundos más la eyaculación será inminente. Después de detenerse completamente el masaje y una vez que el hombre sabe que ha dominado el punto de no retorno, realiza movimientos musculares similares a los que generan el orgasmo. Sin embargo estos movimientos son plenamente concientes y controlables por el hombre.
El hombre en este masaje empieza a reconocer el punto en donde las sensaciones orgásmicas se producen y un buen lapso antes de que se generen los espasmos eyaculatorios. Entonces el hombre moviendo los músculos que se involucran en el orgasmo puede tener múltiples orgasmos sin eyaculación. Esta técnica tántrica difiere totalmente de las técnicas de retención de semen. Al contrario es una técnica que se basa en la total relajación del hombre y de que aprenda fluir con ella. Es natural que después de varios orgasmos sin eyaculación la erección se pierda. Sin embargo después de unos minutos el hombre estará preparado para tener otra erección en cuanto su cuerpo se de cuenta que hay suficiente líquido en la próstata.
Lo más curioso de esta técnica es que el hombre no puede hacerla solo. Requiere de la ayuda de su pareja. Es como querer hacerse cosquillas uno mismo.