El estrés que genera la rutina diaria, el agotamiento que causa el estudio, el cansancio que provoca el trabajo y el acelerado ritmo de vida al que nos enfrentamos constantemente, hacen que necesitemos una manera efectiva de relajarnos a diario.
La técnica de relajación progresiva, te ayudará a optimizar tus breves momentos de descanso. Descúbrela.
La técnica de relajación progresiva, fue creada en 1920 por el fisioterapeuta Edmund Jacobson, quien consideraba que la tensión muscular siempre estaba acompañada de la ansiedad. Esto lo llevó a desarrollar un método de relajación muscular, para reducir dicha ansiedad.
La relajación progresiva sostiene que tensando y luego relajando cada músculo del cuerpo, se logrará una perfecta relajación muscular que se convertirá en equilibrio y bienestar mental.
La técnica de Jacobson, ayuda a resolver los problemas de insomnio, tensión muscular, fatiga (física y emocional) y a calmar la mente y el cuerpo, logrando un efecto placentero.
Antes de comenzar con la relajación
Antes de empezar a practicar la técnica de relajación progresiva, debemos prepararnos correctamente, para poder potenciar sus efectos:
Elegir un sitio, preferentemente oscuro o con luz tenue, de ambiente templado, para no sentir ni frío ni calor. Se necesita encontrar un lugar tranquilo, sin ruidos, interrupciones, ni distracciones al momento de la relajación.
Debemos estar descalzos, con ropa holgada, libres de gafas y accesorios que nos molesten.
Podemos elegir entre sentarnos en un sofá cómodo, con los brazos sobre un apoyabrazos, la cabeza erguida y los pies separados o recostarnos. Si nos recostamos, los brazos deberán colocarse un poco alejados del cuerpo y extendidos sobre los lados y los pies levemente separados, apuntando hacia afuera.
Podemos grabar los pasos que se brindan a continuación, pedirle a una persona que los lea por nosotros o simplemente, memorizarlos y realizar un seguimiento mental, cada vez que deseemos relajarnos.
La técnica
Antes de comenzar, debemos tener en cuenta que los ojos y la mandíbula deberán estar completamente relajados. La respiración deberá ser constante y suave, la tensión deberá durar unos 10 segundos y la relajación entre 10 y 15 segundos.
Comencemos…
Aprieta los puños de las manos. Concéntrate en que toda la tensión se encuentra en los tus manos. (10 segundos).
Ahora extiende y relaja tus manos, siente como la relajación ha llegado a tus manos. (15 segundos).
Luego, se deberá continuar realizando tensión y relajación (de la misma manera que lo hicimos con las manos), con cada parte del cuerpo, en el siguiente orden:
Bíceps y tríceps. Se tensan doblando los brazos en la dirección contraria a como lo hacemos habitualmente. Luego, relajamos.
Hombros. Para tensarlos, debemos tirarlos hacia atrás y relajarlos.
Cuello I. En este caso, debemos primer inclinar la cabeza hacia la derecha para tensar y luego realizar el mismo paso con la cabeza hacia la izquierda y relajamos.
Cuello II. Llevar el mentón hacia el pecho para tensarlo. Luego relajamos.
Boca. Abrimos la boca bien grande y sacamos la lengua lo más lejos que podamos y relajamos.
Lengua. Apretar fuertemente la lengua contra el paladar y relajar.
Ojos. Abrimos los ojos tanto como nos sea posible y relajamos.
Espalda. Arquear la espalda cuidadosamente, manteniendo los brazos apoyados y relajar.
Glúteos. Tensar los glúteos y relajar.
Piernas. Elevar las piernas unos 10 cm. Luego, relajamos.
Estómago. Hundimos el estómago acompañando el ejercicio con una profunda exhalación y relajamos.
Pies. Apretamos los dedos de los pies y luego relajamos.
Algunas personas, realizan la técnica de relajación progresiva comenzando desde los pies.
No debemos forzar las tensiones, dejemos que nuestro cuerpo nos diga hasta donde podemos llegar y comencemos a relajarnos periódicamente con la técnica de relajación progresiva.
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