En la sociedad occidental actual nos enseñan a estar muy centrados en los resultados, de hecho, lograr cumplir metas es casi una obsesión. Disfrutar del proceso, del viaje de la vida, de la creatividad, no son asignaturas que se den en ningún plan de estudios. Así que, en ocasiones, nos vemos atrapados en una vorágine de ansiedad perpetua. Parece que si uno no consigue “cosas”, su vida ha sido en vano. Con esto, no quiero decir que no tengamos que “tener” ni que “hacer”, lo que quiero decir es que una de las trampas principales para no lograr resultados es precisamente poner toda nuestra intención en ellos. ¿Por qué? Porque le has dado demasiada IMPORTANCIA. El Universo es un campo vibratorio coherente y armónico. Si algo se sale de ese equilibrio deja de funcionar. Si tienes demasiadas ganas de conseguir algo, puede que en vez de utilizar esas ganas a tu favor, sin darte cuenta, entres en un bucle de impaciencia y ansiedad por tener cuanto antes el objeto de tu deseo. Otro dato importante es que el Universo siempre trabaja en tiempo presente, para el Universo no existe el pasado ni el futuro, con lo cual, si estás transmitiendo sentimientos de impaciencia, de ausencia de tu deseo, eso es lo que te devolverá, más impaciencia y más ausencia.
Es por eso, que en casos de bloqueo en la manifestación aconsejo no visualizar el resultado, de hecho lo mejor es olvidarse completamente de él. De esta forma le estarás diciendo dos cosas al Universo:
1. Que confías plenamente en él. Que no tienes miedo, y como no tienes miedo de no conseguir el resultado, no intentas controlar el proceso.
2. Como el Universo funciona en tiempo presente, lo que sientes es lo que te devuelve. Si tú sabes que tienes un coche, ¿a qué no estás todo el día visualizando tu coche ni pensando en tu coche?, claro que no, porque sabes que es tuyo, ya lo tienes, conduces en él todos los días, así que ni siquiera piensas en él. Si para conseguir lo que deseas debes emitir las emociones de que ya tienes lo que deseas, lo mejor será hacer como haces con tu coche, o con tu casa o con tus amigos, es decir, como sabes que los tienes, no te visualizas con ellos intencionadamente, das por hecho cada día que estarán ahí.
Así que recuerda:
Si estás intentando manifestar un deseo y estás bloqueado. Deja de pensar en lo que deseas ver manifestado. Céntrate sólo en el sentimiento de amor incondicional dentro de ti. No pidas nada. Lo que deseas ya se te concedió, así que tranquilo. No te centres en el resultado, eso a veces provoca ansiedad. Si no piensas en el resultado y te centras sólo en sentir amor, estarás vibrando en el idioma de Dios y te estarás desapegando de eso que quieres tener. Sentir amor y desapegarse del resultado son las claves principales para conseguir lo que se desea. Pero ¿por qué? ¿por qué hay que desapegarse del resultado?. Porque cuando piensas en lo que no tienes, estás sintiendo que no lo tienes y por lo tanto proyectando esa emoción al Universo. Creer o fingir que se tiene algo que no se tiene nos resulta casi imposible. Por eso, la mejor manera de lograr que se cumpla nuestro deseo es no pensar en él, de esa manera no proyectarás su ausencia ni fingirás sentir que lo tienes cuando en el fondo estás sintiendo que no lo tienes. No se puede engañar al Universo. Él sabe con certeza todo lo que sientes. Y además, al no pensar en tu deseo, le estarás diciendo al Universo que confías plenamente en él, que no deseas controlar el resultado porque sabes con certeza que él ya sabe lo que tú quieres y lo que es mejor para ti.
Pensar en el resultado constantemente, puede provocar sentimientos negativos de carencia y de desconfianza. Deseos de controlar el resultado, son fruto del miedo. Como ya sabes, sólo manifestarás a través de Dios todo aquello que venga del amor no del miedo, porque el miedo no existe en Dios. Por otra parte, el mero hecho de trabajar en pos de conseguir algo, ya demuestra que sientes que te falta algo, cosa que Dios no entiende, porque para él eres perfecto. Él no juzga, ni ve carencia ni enfermedad en nada, así que no puede responder a algo que no está en él.
Resumiendo:
1. Dios o el Universo sólo entiende el lenguaje del AMOR.
2. Dios o el Universo sólo trabaja en tiempo presente.
3. Si intentas controlar, o provocar intencionadamente, con impaciencia, un resultado estarás transmitiendo miedo no amor, y no se cumplirá tu deseo.
4. Desapegarse del resultado es primordial, porque el Universo trabaja en tiempo presente, por lo que debes transmitir emociones de que ya tienes lo que quieres, para hacer eso, lo mejor es comportarse de la misma manera que lo haces con las cosas que ya tienes, o sea, no prestándoles mucha atención, porque como sabes que son tuyas no las visualizas, ni sueñas despierto con ellas.
5. Como es muy difícil fingir que se sabe con certeza que se tiene lo que mentalmente sabes que no tienes, lo mejor es olvidarse del deseo, no visualizarlo. Lo que has de hacer a cambio es concentrarte en algo que te produzca una emoción de amor muy profunda, e intentar pasar el máximo tiempo posible sintiendo amor, amor de verdad, amor pleno y profundo, amor del alma. Ese lenguaje es el lenguaje del Universo. Hablar ese idioma no sólo trae a tu vida lo que deseas, además trae sorpresas maravillosas que ni imaginabas. El Universo es así, le encanta hacer regalos.
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