Mientras permanecemos encerrados dentro de la experiencia aparente de ser individuos separados viviendo una existencia con la que tenemos que negociar, vivimos en un estado de sueño.
En ese estado de sueño, todo lo que hacemos es gobernado por la ley de los opuestos, en la que cada acto supuestamente positivo es equilibrado exacta e igualmente por su opuesto.
Por consiguiente todos nuestros intentos individuales de hacer que nuestras vidas funcionen, de alcanzar la perfección o de obtener la liberación personal, son neutralizados.
A través de una profunda reflexión y comprensión, descubrimos que mientras continuemos en este sueño estamos, en realidad, viviendo en un círculo. Estamos en una rueda en la que todo se repite continuamente una y otra vez en diferentes imágenes. Es la consciencia que se deleita en una creación que es a la vez constreñida y liberada. Y, a pesar de lo que creamos sobre nuestra individualidad y libre albedrío, llegamos a ver que nosotros somos sólo caracteres soñados que reaccionan y responden desde una disposición de sistemas de creencia históricos y condicionados.
Toda la religión, el arte y la ciencia clásicos en un mundo que nosotros vemos como progresivo, entran dentro de los parámetros de este estado perfectamente equilibrado y exactamente neutral, que sólo sirve para reflejar otra posibilidad. En los términos de la liberación real, no está aconteciendo nada. Lo que nosotros hemos creado aparentemente es destruido aparentemente. Y lo que nosotros hemos destruido aparentemente es recreado aparentemente.
Al movernos desde nuestra naturaleza original y atemporal a la consciencia identificada, hemos creado está circunstancia para redescubrir que el sueño que estamos viviendo no tiene absolutamente ningún otro propósito que nuestro despertar de él. Ese despertar emerge fuera del sueño, fuera del tiempo, y ésta completamente más allá del alcance de todo esfuerzo individual, de toda vía, proceso o creencia.
Lo que Es
Tony Parsons