Hace poco una amiga que vive en Madrid, me comentó sobre lo maravilloso que debe ser vivir en el hermoso lugar donde resido. Actualmente estoy viviendo en la Isla de Margarita, lugar que escogí para establecerme desde hace casi 5 años. El comentario de Beatriz me llamó mucho la atención. Ella es española y nunca ha venido para mi país, sin embargo buscó referencias y describió con entusiasmo el pequeño paraíso que tengo a mi alrededor.
Un sencillo e inocente comentario de su parte, causó un efecto bien interesante en mi interior el cual me invitó a reflexionar sobre los hábitos que estoy sosteniendo en estos días.
En psicología el hábito es cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato. Los hábitos según sus resultados, pueden ser buenos o malos y uno los modifica en base a las necesidades o situaciones que se nos presentan. Por lo general debemos encontrarnos con algún tipo de inconvenientes para replantear los hábitos que adoptamos.
¿Hasta qué punto debemos mantener un hábito, independientemente del resultado que nos genere?
Los hábitos nos crean paradigmas y por lo tanto pensamos que las cosas están muy bien así como nosotros las hacemos. Pero al ver la manera en que mi amiga describió apasionadamente la isla en la que vivo, hizo darme cuenta que mis hábitos, a pesar de que son positivos, me mantienen encerrado dentro de una estructura limitada la cual me impedía apreciar sus encantos en totalidad. Al cuestionar y replantear mis hábitos, descubrí nuevos puntos de vista sobre un escenario que supuestamente ya conocía. Era como ver por primera vez el hermoso paraíso que acompaña mi rutina diaria.
¿Cuántas cosas en tu vida estás dejando de disfrutar por aferrarte a los hábitos actuales?
En artículos anteriores he comentado sobre los cambios que necesariamente tenemos que hacer en nuestra vida cuando las cosas que hacemos diariamente nos producen insatisfacciones y sin sabores. Muchas veces adoptamos costumbres negativas y solamente hacemos cambios al respecto si antes de ello enfrentamos eventos inesperados o traumáticos, pero esta vez quiero invitarte a replantear la vida que llevas incluso si estás satisfecha con ella.
Haz una lista de los hábitos que arropas en estos momentos y pregúntate si podrías cambiarlos o reducirles espacio que permita la inserción de otros nuevos hábitos. Te aseguro que el resultado es impactante. Es como ver tu entorno conocido por primera vez. Es como enamorarte de la vida de nuevo a pesar de que ya la amabas. Es descubrir un mundo nuevo dentro del mundo en que vives.
Por lo pronto yo voy en búsqueda de esas nuevas experiencias, llenas de paisajes, aventuras, tiburones, delfines y tortugas de las que me comentó Beatriz al momento de describir a la isla de Margarita.
Y a ti te deseo un feliz viaje.
Fedor Sawoloka
http://www.inspirulina.com/cambiando-habitos.html