1 - BRÍNDALES UN ESPACIO DENTRO DE TI
Los ángeles se sienten cómodos con pensamientos de paz y amor, ya que esta es su naturaleza. Debes liberarte de egoísmos y agresividad, compartiendo con los ángeles unos pocos minutos cada día. Retírate a una habitación o lugar donde puedas estar sólo, en silencio y en calma, imagínate a tu ángel favorito y háblale, cuéntale tus inquietudes, como si lo hicieras con tu mejor amigo, luego escucha, permanece a la espera de los pensamientos que ellos pondrán en tu mente. En poco tiempo tu relación con los ángeles se convertirá en una espiral ascendente y te sentirás más positivo, más limpio, crecerá tu sensibilidad espiritual, lo que te permitirá estar más cerca de ellos.
2 - HAZ TUS ORACIONES DE VIVA VOZ
Los ángeles responden a una oración silenciosa o a un intenso deseo del corazón, no es imprescindible que les hables para que te presten atención, especialmente en lugares donde puede ser inoportuno hacerlo. Pero obtendrás una respuesta más eficaz si les hablas en voz alta; tu voz tiene el poder de construir, edificar, o destruir. Dios mismo usó este poder cuando dijo: ¡Hágase la Luz! Usando el maravilloso don de la palabra, regalo inestimable del Padre a los humanos, puedes producir cambios en tu vida. Las oraciones habladas adoptan diferentes formas: canciones, himnos, oraciones estructuradas como el padrenuestro, el credo, la salve, etc.; oraciones sin estructurar, en las que se expresan los más profundos anhelos del alma; además están los decretos y los fíats. Los decretos son oraciones estructuradas, creadas por inspiración de los mismos ángeles para comunicarnos con ellos, les encanta que las repitamos, son como su canción favorita y nos permiten trabajar junto a ellos para generar cambios positivos; son oraciones habladas que te capacitan para orientar la energía del Padre hacia nuestro mundo. Los fíats son afirmaciones, cortas pero poderosas, una especie de jaculatorias más rápidas y fáciles de recordar y repetir cada vez que les necesitemos urgentemente, o para estar permanentemente en contacto con ellos, darles gracias o saludarles. Recítalos en casa, ante tu altar personal, cuando viajes, en cualquier emergencia, ellos siempre estarán pendientes de ti y serán felices de que los estés invocando y confiando en ellos.
3 - UTILIZA EL NOMBRE DE DIOS
Se recomienda que siempre que invoquemos a los ángeles por cualquier razón, antepongamos el nombre de Dios, como una muestra de respeto, para invocar su permiso y su aceptación. Tengamos presente que por encima de nuestras necesidades y de la buena voluntad de los ángeles para atendernos, estará siempre la voluntad del Padre, y no se mueve una hoja del árbol sin la voluntad de Dios.
4 - OFRECE TUS ORACIONES, FÍATS Y DECRETOS, TODOS LOS DÍAS
La mejor manera de asegurarse que los ángeles responderán prontamente a nuestro llamado, es creando un vínculo constante y permanente, un camino trillado desde su corazón al nuestro, invocándoles y hablándoles todos los días, fijando una cita a una hora determinada, fijando una sesión diaria de oraciones, así sean sólo cinco minutos para empezar. Los ángeles buscan personas que habitualmente busquen la Luz del Padre para asociarse con ellos en los procesos de curación del mundo. Cuando encuentran a estas personas envían su luz a través de ellas para ayudar a otras personas que están en peligro de perderse, de enfermar o de ser víctimas de la violencia o desastres naturales; tus oraciones diarias generan importantes cambios en tu entorno para beneficio de las personas con quienes compartes tu vida.
5 - PIDE AYUDA
Aún después de establecer una relación con los ángeles debes acordarte de estar invocándoles cuando les necesites pues ellos respetan tu libre albedrío.
6 - REPITE LOS DECRETOS Y FÍATS POR LO MENOS TRES VECES
Otra manera de hacer más efectiva y poderosa tu oración es repitiéndola por lo menos tres veces, habrás observado esta costumbre en muchas ceremonias religiosas, tres avemarías, tres invocaciones, tres jaculatorias, etc.; cada vez que dices tu oración estás acrecentando su energía para que llegue con más fuerza y claridad a Dios y a los ángeles, ellos utilizan esa energía para responder a tu petición.
7 - ENVÍA TU ORACIÓN EN LA DIRECCIÓN CORRECTA
Para mejorar y potenciar aún más tu relación y la ayuda de los ángeles, procura orientar tu oración a quien corresponda de acuerdo con tus peticiones e inquietudes, estudia las muchas funciones de cada ángel en particular. Si quieres ser rescatado de un peligro, llama a los ángeles de la protección; si necesitas mejorar tu salud, invoca a los ángeles de la curación; si requieres ayuda para mejorar una relación afectiva, llama a los ángeles del amor. Los ángeles utilizan energías de diferente frecuencia (que corresponden también a diferentes colores) para atender cada caso de manera específica y puedes llegar a conectarte de manera más personal y directa cuando llamas al arcángel cuyos ángeles están especializados para ocuparse de la inquietud o necesidad que tienes en el momento en que les invocas.
8 - SÉ ESPECÍFICO
Este punto requiere de una especial atención. Los ángeles responden de manera más rápida y directa a una solicitud específica, cuánto más clara y detallada sea tu solicitud, tanto más exacta y específica será su respuesta; se dice que los ángeles tienen sentido del humor y que es muy aconsejable ser preciso en nuestras solicitudes. Procura vivir tu vida en armonía y los ángeles te ayudarán hasta en los más pequeños detalles.
9 - VISUALIZA LO QUE DESEAS O NECESITAS
Puedes aumentar el poder de tu oración manteniendo una intensa imagen mental de lo que quieres que se realice, puedes además visualizar una luz brillante (del color que corresponda) alrededor del problema o situación. No debes sólo entregar tus problemas o necesidades a la buena voluntad de los ángeles, es muy importante que de tu parte hagas tu mejor esfuerzo, que intentes soluciones, que estudies, trabajes y te esfuerces al máximo de tus capacidades, incluso debes buscar ayuda profesional cuando el caso lo amerite. Los ángeles están aquí para ayudarte, no para reemplazarte, para hacerte la tarea ni para alcahuetear pereza, desgano o negligencia.
10 - ESPERA CON CONFIANZA Y FE
Una pregunta que se le ocurre a cualquiera que alguna vez haya solicitado la ayuda celestial es: ¿Por qué parece que Dios atendiera a unas oraciones y a otras no? ¿Por qué reciben ayuda algunas personas y otras no? ¿Por qué una persona ora y llora durante mucho tiempo para lograr lo que otras consiguen en pocos días? ¿Por qué unas casas sufren en la inundación o en el incendio y otras no? Una de las razones es que los ángeles tienen limitada su capacidad de ayudarnos acorde con los efectos de lo que Dios determina para cada persona.
Los ángeles escuchan todas las oraciones, pero para atenderlas deben considerar tres condiciones:
a - No interferir con el plan divino para tu alma.
b - Que no sea perjudicial, a la larga, para ti ni para otras personas.
c - El momento debe ser oportuno y adecuado.
Tal vez los ángeles no pueden atender a una petición para la consecución de mucho dinero, porque tu alma necesita aprender lecciones relativas al trabajo, al esfuerzo, a la humildad o la sencillez, tal vez necesitas aprender a sobrellevar las necesidades, pero tal vez te ayuden con una mejora en tu trabajo o en un mejor salario.
El arcángel Rafael ha comunicado que no siempre es posible la curación física de una enfermedad durante un determinado período de tiempo; sin embargo tus oraciones pueden ayudar a sanar las enfermedades del alma que ocasionaron aquella enfermedad física. Prepárate para recibir resultados milagrosos. Nunca se sabe cuando una oración o un acto de gracia permitirá que tus cargas, karmas o procesos de aprendizaje sean superados y puedas recibir una respuesta de acuerdo a las necesidades de tu alma y puedas ver y disfrutar de las intervenciones de los ángeles en la restauración o logro de un mayor nivel de bienestar, en tu cuerpo o espíritu, o en los de los seres que amas. De algo sí puedes estar siempre seguro: nunca una oración se pierde o no es escuchada, aunque no recibamos exactamente lo que hemos pedido. Muchas veces no nos percatamos de los bienes recibidos, o no los entendemos o no estamos de acuerdo con ellos, pero Dios que todo lo sabe y todo lo ve, es generosísimo con nosotros y siempre nos brinda lo que más nos ha de convenir.
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