Las tormentas de Satanás

Según reza el famoso “Liber Penitentialis” de San Teodoro, Arzobispo de Canterbury, que es la Ley Eclesiastica mas antigua de Inglaterra, tiene clausulas condenando a los que invocaban a los enemigos de la Fé Catolica y asi hacian que “Cambiara el Tiempo” (“..Si quis emissor tempestatis fuerit…“).

Otro libro es la “Capitularia” de Carlomagno, en la que declara el “Castigo de Muerte” contra aquellos que por evocar al Demonio, molesten la atmósfera, exciten tempestades, destruyan los frutos de la tierra, sequen las vacas de leche, atormenten a las criaturas con enfermedades o cualquier otra desgracia…”.

El Papa Inocencio VIII en su Bula “Summis desiderantis affectibus” en 1484, acusa a las brujas de provocar tormentas, afectar las cosechas, matar animales, enfermar a los infantes y provocar malignas dolencias a la gente de bien.



Era de creencia popular que cuando los elementos se desataban con furia, produciendose desgracias, la intervención de Brujos y brujas era segura, y que perseguían el temor y el miedo de las gentes.

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