La raíz de todo sufrimiento es la resistencia a lo qué es, las circunstancias y experiencias son neutras, simplemente suceden, están ahí, son, de cada cual depende la manera en que las percibe y las asume.
Aceptar no es lo mismo que resignarse o admitir de mala gana lo que pasa en la vida, es reconocer la perfección de cada momento, entender que el propósito de la existencia es recordar lo que ya se sabe por medio de la experiencia.
Aceptar es entregarse, entender que no se puede controlar la vida, que la lucha no tiene sentido, que ceñirse a las propias expectativas y confiar solo en la fuerza personal es una negación a reconocer lo que cada cual Es, a disfrutar lo que ya está disponible para todos en el ahora y sentirse impotente en un mundo de insatisfacción y sufrimiento.
Creemos que nada se puede lograr sin luchar, nos pasamos la vida persiguiendo el espejismo del poder y la riqueza, luchando contra lo que somos en un estado de insatisfacción permanente que surge de una sola causa: el no aceptar.
Diana Ximena Rodriguez Angulo