Cuando hablamos de trastornos o disfunciones sexuales, una de las cuestiones que suelen presentarse es la de “adicción” u “obsesión” al sexo.
La idea de que hay personas adictas al sexo es errónea según algunos especialistas. El término adicción se refiere a una dependencia a drogas o fármacos, lo cual no tiene nada que ver en el ámbito sexual. Sin embargo, en la actualidad existen grupos de auto-ayuda que se denominan a sí mismos "adictos al sexo". En ellos, la mayor parte de las personas manifiestan tener relaciones sexuales indiscriminadas para cubrir carencias de cariño, afecto y amor. Aunque lo único que logran es sentir mucha frustración, ya que no son selectivos en sus relaciones y sólo encuentran sexo ocasional con personas que sólo buscan placer.
La compulsión es una idea repetida que llega a la mente y provoca una compulsión, ya sea lavarse las manos una y otra vez, evitar tocar objetos, masturbarse, tener relaciones sexuales, etcétera. Esto no significa que se trate de una persona adicta, sino de alguien que tiene una necesidad compulsiva.
La obsesión constituye el aspecto mental del trastorno y la compulsión el conductual. En la primera fase, la persona se absorbe en pensamientos o fantasías sexuales. Luego empieza a seguir determinadas rutinas o rituales en busca de estimulación sexual, lo cual puede convertirse en algo más importante que el orgasmo. Entonces se efectúan determinadas conductas relacionadas con la obsesión −cuya ejecución no disminuye el deseo ni satisface la necesidad−.
En términos generales, la obsesión por el sexo se manifiesta por medio de conductas que persisten e interfieren en la vida cotidiana. La actividad sexual en cuestión se convierte en una prioridad y se descuidan otros aspectos. Las consecuencias de la obsesión por el sexo pueden tener repercusiones en el ámbito social, emocional, físico −estrés, nerviosismo y posibles contagios− legal, económico y profesional de quien la padece.
Esta manifestación representa una conducta repetitiva que pretende calmar la ansiedad de manera inadecuada, lo cual produce más malestar y nerviosismo. Las personas con este trastorno de personalidad tienen problemas laborales, familiares, económicos y sociales; ya que su comportamiento sexual los obliga a tener sexo constantemente, hasta mantener relaciones sexuales con desconocidos, incluso sin protección, haciendo que su vida gire en torno al sexo, sin sentir, la mayoría de las veces ningún tipo de placer, sino sentimientos de culpa y sufrimiento. Compulsión sexual. Se gesta, en la mayoría de los casos, en la mente; donde las fantasías sexuales, los sueños y los pensamientos eróticos se convierten en la válvula de escape de los problemas laborales, las relaciones rotas, la baja autoestima, la insatisfacción personal u otros conflictos.
¿Alguna vez te ha preocupado tu grado de interés por el sexo? ¿Has pasado por algún período de obsesión sexual? ¿En qué consistía y cómo lo viviste? ¿Conoces a alguna persona obsesionada por el sexo?
En ocasiones, la obsesión sexual, cualquiera que ésta sea, se genera porque el sexo es contemplado como algo prohibido. Y, a menudo, lo prohibido fascina. Además, suele ir acompañado por sentimientos de culpa.
Una persona puede vivir en una profunda infidelidad y frustración que suelen acabar en cuadros depresivos, es por eso que busca satisfacer su soledad interna con sexo.
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