La producción de testosterona comienza a disminuir a partir de los 30 años, hasta tener su terminación definitiva alrededor de los 70... ¿pero hay remedio?
Inevitablemente, todo hombre cuando llega a cierta edad, experimenta la disminución de la hormona que define su sexualidad, la testosterona. Pero afortunadamente, así como la ciencia médica buscó soluciones para las mujeres, a los hombres no los ha dejado desamparados en este trance.
La sudoración excesiva, los llamados "sofocones", la irritabilidad y la depresión no son síntomas que solo aquejen a la mujer en la etapa de la menopausia, sino que también son parte del cuadro con el que debe lidiar todo hombre cuando tiene la caída en la producción de testosterona que, generalmente, se hace evidente alrededor de los setenta años.
Pero este proceso natural, además de las manifestaciones mencionadas, presenta otras señales en el organismo masculino asociados con la disminución de la testosterona. ¿Pero, cuáles son esas señales? ¿Puede ser controlada o revertida la producción de testosterona?
Aunque hasta hace poco se había usado el término andropausia para definir el descenso de testosterona en los hombres de la tercera edad, hoy los especialistas utilizan la definición de ‘‘déficit androgénico masculino asociado con la edad’’.
En promedio, la producción de testosterona comienza a bajar a partir de los 30 años de edad y tiene su cese definitivo alrededor de los 70. "Esto trae una serie de cambios fisiológicos que son más claros en la sexta década de vida. Pero esto tiene excepciones, porque hay hombre que pasan los 60 años y no presentan el descenso de la testosterona. Entonces, esto depende de cada individuo y es desconocida la causa de esta variación de un hombre a otro".
En este punto vale la siguiente pregunta: ¿Cómo puede determinarse que realmente el déficit está ocurriendo? Urólogos coinciden en señalar que el hipogonadismo masculino contempla signos como alteración del bienestar, cambios en el estado de humor que van de la depresión a la irritabilidad, estrés, trastornos del sueño. También hay pérdida de la energía, fatiga frecuente, caída del vello corporal, adelgazamiento y disminución de masa muscular, aumento de la grasa visceral que puede afectar el sistema cardiovascular, aumento de la cintura y el abdomen por la razón anterior, disminución de la libido, elevación de los niveles de colesterol, menor sensibilidad en los órganos genitales y baja en el número de erecciones, etc.
Pero más allá de las manifestaciones físicas y emocionales, puede hacerse una prueba de sangre para comprobar los niveles de testosterona. "Existen tres tipos de testosterona. La total, la libre y aquella que está unida a la globulina.
La buena noticia es que así como las mujeres usan estrógenos artificiales para mantener bajo control los síntomas que trae consigo esta condición, los hombres también pueden acudir a la terapia de reemplazo hormonal a base de testosterona con el mismo objetivo.
La testosterona artificial ha ido perfeccionándose a través del tiempo. La primera usada era de tipo intramuscular, llamada metiltestosterona, pero resultó muy tóxica para el hígado y significaba más complicaciones que beneficios. Luego aparecieron otras menos tóxicas, pero con un efecto muy corto, como el undecanoato de testosterona oral. Casi no tenía efectos colaterales, pero había que consumirlo cuatro veces al día para ver resultados. Después vinieron los gel y los parches de testosterona, que logran en la sangre unos buenos niveles de la hormona. La desventaja de estos dos está en que tienen que ser aplicados diariamente, pero son muy efectivos. Posteriormente aparecieron las pastillas, pero sin duda el de mayor duración hasta el momento, es el undecanoato de testosterona inyectado. Puede colocarse cada 12 semanas. Este último mantiene los niveles de testosterona muy parecidos a los generados por un testículo en condiciones normales.
En cuanto al momento ideal para empezar a tomar la testosterona artificial, los especialistas sostienen que no existe una edad específica, una vez que han aparecido los síntomas.
Pero si decidiera aplicarse algún tratamiento de testosterona, es importante que visite a su médico periódicamente para asegurarse de los niveles de la hormona y cual sería lo adecuado para usted.
Por Annie Suárez