En estos tiempos son muy pocas las parejas que se casan porque sus papás les obligan o les eligen el compañero. Además, todo ha cambiado: los roles laborales, la educación, los juegos de los niños, los intereses de los adolescentes, las amistades, la relación con nuestros padres y abuelos. Hoy la sociedad en su conjunto se colma de actividades y se mueve a gran velocidad.
Los tipos de vínculos de las parejas y las maneras de formar una familia han pasado de ser una imposición "porque ya sos mayor" a ser una elección.
Formalizar. Felizmente muchísimas parejas eligen legalizar y bendecir esa unión, digo felizmente porque es darle un marco de contención, es tener un lenguaje común en el cual proyectar juntos partiendo de valores como las normas civiles y la espiritualidad, cualquiera sea la creencia. Es darle una identidad o un sello propio al hogar.
Muchas parejas son jóvenes, otras de mediana edad y otras mayores con alguna experiencia de convivencia, tal vez. Algunos trabajan en el hogar, otros son empleados, también hay profesionales o empresarios independientes que deciden unirse a su compañera/o. Provienen de distintos orígenes pero tienen en común la necesidad de compartir su futuro con la persona que aman.
Cada uno con una realidad particular, con más o menos posibilidades económicas, con más o menos familiares y amigos cerca, con más o menos tiempo para organizar una boda, pero el entusiasmo, las ilusiones, los sueños, expectativas, los igualan, los desborda, sus corazones palpitan más y más a medida que se acerca el día soñado.
¿Te imaginás bailando a todo descontrol con el amor de tu vida y tus seres queridos en ronda gritando y festejando por esa pasión y ese compromiso?
El ritual. Las emociones sobrepasan al entendimiento, el cuerpo se altera y comienza a funcionar a ritmo acelerado, es esa ansiedad de que llegue ese día y todo salga perfecto, de atender a todos, de estar con todos los invitados.
Habrá alianzas, vestido, trajes, tarjetas, ramo, ligas, música, ajuar, decoración, cotillón, luna de miel, niños, papel picado, murgas, bandas, tragos, comidas exóticas, luces, fotos, filmaciones, todo para esa noche especial; y las demostraciones de afecto con regalos no tardarán en llegar.
Esta ceremonia simboliza el pacto y consolida la unión. Ante los presentes, testigos de ese momento, se oficializa a la futura familia en sociedad.
La pareja. La pareja es un lugar de encuentro, una apertura a la intimidad, un espacio de crecimiento. Implica una relación profunda y elevada, compartir secretos y vulnerabilidades, mostrarnos tal cual somos.
Nos permite reconocernos como capaces de entregarnos a una relación a través de la cual trascender y desplegar nuestras experiencias. Como relación de persona a persona, nos hace capaces de descubrir la esencia individual y única de la persona amada.
Si sabemos aprovechar todo el potencial que nos brinda compartir nuestra vida, dando y recibiendo amor, podemos estar seguros de que tenemos las bases firmes para construir, o dicho de otra forma, tenemos los cimientos seguros donde edificar una familia, donde existe entrega total del uno al otro y hay lugar para desarrollar las individualidades, actividades conjuntas y diálogo acerca de la llegada y crianza de los hijos.
¡¡Así, priorizando siempre la relación, crecerán los hijos... nietos y bisnietos...!!¡¡Felicidades!!
Lic. Evangelina Aronne
Psicologa MP 3528