¿Es bueno decir todo lo que pensamos?, seguro que no, lo más indicado es pensar antes de decir algo, se trata de encontrar el equilibrio que nos permite sentirnos felices y plenos, entre lo que necesitamos expresar y las necesidades del que nos tiene que escuchar. El equilibrio se consigue cuando identificas tus necesidades y aprendes a comunicarlas correctamente, expresándonos de la manera más adecuada posible, comunicar lo que deseamos y sentimos frente a otra persona sin hostilidad ni agresividad.
Ya decía Aristóteles: “El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”, pensar es estar preparado para saber comunicarnos con asertividad. La asertividad consiste en saber expresar de forma adecuada nuestras emociones frente a otra persona sin hostilidad ni agresividad; es saber usar las palabras, el tono y las expresiones apropiadas, para poder transmitir lo que realmente necesitamos.
Olga Castanyer en su libro ‘La Asertividad: Expresión de una sana autoestima’ nos dice: “Si nos queremos y respetamos, seremos capaces de querer y respetar al otro. Y la única forma de hacerlo es desarrollando una sana autoestima que nos permita estar seguros de nuestra valía única y personal y nos ayude a hacer valer nuestros derechos sin pisar los del otro”.
La asertividad nos permite encontrar el punto medio entre una comunicación agresiva y sumisa; la primera es propia de personas que por medio de la hostilidad creen que van a conseguir lo que se proponen creando conflictos con los demás y, por el contrario, la persona sumisa respeta a los demás sobreponiendo sus propias necesidades y, el conflicto que crea es con ella misma, en forma de estrés, depresión o angustia.
Algunas características de las Personas Asertivas citadas en la web del ‘Portal de la Familia’:
•Las personas asertivas conocen sus propios derechos y los defienden, respetando a los demás.
•Comportamiento externo: Habla fluida. Seguridad. Ni bloqueos ni muletillas. Contacto ocular directo, pero no desafiante. Relajación corporal. Comodidad a la hora de sentarse. Expresión de sentimientos tanto positivos como negativos. Defensa sin agresión. Honestidad. Capacidad de hablar de propios gustos e intereses. Capacidad de discrepar abiertamente. Capacidad de pedir aclaraciones. Dice «no» cuando hay que decirlo. Sabe aceptar errores.
•Pensamiento: Conocen y creen en unos derechos para sí misma y para los demás
•Sentimientos-emociones: Buena autoestima. No se sienten inferiores ni superiores a los demás. Satisfacción en las relaciones. Respeto por uno mismo. Sensación de control emocional.
•Todo esto produce: Frenan o desarman a la persona que les ataque. Aclaran equívocos. Los demás se sienten respetados y valorados. La persona asertiva suele ser considerada «buena», pero no «tonta».
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