Con los miles de pensamientos que estallan en nuestro cerebro, como palomitas en el microondas, estas seis palabras se convierten en un consejo muy saludable: No creas todo lo que piensas.
A veces nos quejamos de que otros nos complican la vida y obviamos la influencia de la persona que tenemos más cerca: uno mismo.
Uno mismo también se miente, se culpa, se arrepiente, se pone excusas cuando no le apetece hacer algo, encuentra explicaciones que refuercen sus teorías o incluso sus prejuicios, etc.
Y esta tendencia a pensar demasiado es aun más peligrosa en tiempos de crisis personal. Sobre todo, cuando se creen determinados pensamientos sin cuestionarlos…
En realidad, es más frecuente darle vueltas a las cosas cuando uno está en un mal momento.
En efecto. Si uno está mal, no es el momento propicio de analizar la situación minuciosamente, ni de buscar soluciones. Pensará lo mismo varias veces y cada vez lo verá más negro.
Como los rumores, que se distorsionan cuando se transmiten por una cadena de personas. Así, cada pensamiento irá pasando una y otra vez por un filtro de pesimismo y tristeza, hasta que pierda su sentido original.
¿Caerías en la trampa de creértelo?
http://tusbuenosmomentos.com/2011/06/no-creas-todo-lo-que-piensas/