Todos quieren enamorarse perdidamente de su ideal, alguien que seguramente nunca reparó en ellos y que cambia de pareja ni bien aparece alguien más tentador; pero a ninguno se le ocurre dejarse querer por alguien menos popular pero tal vez más sincero, para después de conocerlo mejor, brindarse la oportunidad de llegar a enamorarse.
Dejarse querer por quien suspira por ustedes desde hace mucho, por quien casi no han notado que existe porque lo consideran “nerd” y no “cool”, por ese diamante en bruto que no puede brillar pero que tiene mucho valor en su interior, eso es lo que tienen que hacer alguna vez, para probar que mi teoría funciona.
¿Por qué suelen atraer más las personas difíciles? Posiblemente porque son personas asediadas por la mayoría, que se enorgullece cuando consiguen una cita con ellas.
¿Eso es amor o vanidad? Afortunadamente es sólo vanidad porque luego desaparecen como las pompas de jabón, sin dejar rastros.
¿Por qué no darle una oportunidad a esa persona que hace mucho conocen pero que se empeñan en no ver, aún sabiendo que hace rato que dirige su mirada a ustedes con interés?
Todos tenemos algo de ese masoquismo que nos lleva a elegir lo peor para sufrir por amor y decidimos entregarnos por entero a alguien que nos gusta con desesperación pero que intuimos que no nos conviene.
Si se dejan querer podrán ser ustedes mismos, no tendrán que fingir ser quienes no son, se sentirán cómodos, aliviados y seguros y esa relación será la única que podrá durar para siempre; porque en algún momento sucederá lo inesperado y tan deseado, sentirán mariposas en el estómago.
Cuando se enamoran de alguien inaccesible, caen bajo el influjo de un hechizo, es pura magia, no es real, sin embargo, se vuelve una obsesión que los obliga a cambiar, a ser diferentes, a estar siempre tensos intentando agradarle y tratando de que las cosas funcionen aunque se estén dando cuenta que se están convirtiendo en títeres.
El enamoramiento es la forma simbólica de la ceguera absoluta, no se ve lo que no se quiere ver y el resto se imagina.
Existe una forma de amar tranquila, plácida, descansada y segura que garantiza estabilidad y permanencia en el tiempo, sólo hay que dejarse querer.
No obstante, puede que no lo quieran intentar, porque no quieren creer en milagros, pero los milagros existen.
En el mundo hay millones de seres que sufren por amor, que incluso reciben castigos físicos, maltrato, desprecio y además, hasta pueden ser obligados a trabajar en tareas indignas.
Esa forma de servidumbre humana es posible porque no pueden enfrentar el miedo al abandono, a la soledad, al desamparo.
La baja autoestima lleva a esas personas al autocastigo, a resignarse a situaciones insostenibles y a no tener la fuerza suficiente como para liberarse.
Lo más importante para un ser humano es él mismo, lástima que algunos, para darse cuenta, tengan la necesidad de caer tan bajo.