La diferencia que existe entre lo que queremos ser y lo que creemos que somos capaces de lograr, es lo que nos da el nivel de autoestima. Esto quiere decir que si creemos que no podemos lograr algo, entonces nuestra autoestima será baja, en caso contrario, si creemos que podemos, entonces será alta.
Una de las cosas que nos desmoraliza es el fracaso, pero no el fracaso en si, sino la forma en que nosotros logramos enfrentarlo y sobreponernos al mismo. Al momento que caemos tenemos dos opciones, o nos quedamos en el piso con una derrota en nuestra cuenta, o apuntamos la derrota y nos paramos, nos limpiamos el polvo y nos preparamos para ganar la próxima batalla.
En las dos opciones veremos que la derrota estará, lo único es que en una nos quedaremos abatidos y en la otra aprenderemos de lo acontecido, pero seguiremos adelante. Lo que está claro es que no podremos borrar lo sucedido, entonces; ¿por qué pensar en ello como un problema?
Claro que los extremos no son buenos. Tampoco podemos potenciar una imagen falsa de lo que podemos alcanzar con los recursos que tenemos a mano. Es decir, con los recursos necesarios podemos lograrlo casi todo, por eso el pensamiento debe ser a largo plazo. Si queremos hacer un edificio, naturalmente necesitaremos estudiar ingeniería o arquitectura... podemos hacerlo, pero en un plazo prudente.
Necesitamos ser conscientes de lo que podemos y lo que somos, para eso debemos hacernos una auto imagen. Necesitamos saber qué tenemos y de qué somos capaces... así como, qué no tenemos y de qué no somos capaces. Después de eso podremos buscar lo que necesitamos para poder lograr lo que nos proponemos, de esa forma nuestra autoestima nunca estará baja.
Cuando la imagen de uno mismo está alta, somos capaces de lograr lo que queramos, pero cuando la propia imagen está baja, entonces nos desanimamos con el más mínimo contratiempo. Lo que quiero decir es que depende de nosotros mismos lo que logremos y no de los demás. Pero recordemos que no podemos tener una falsa imagen y querer lograr más de lo que es posible con las herramientas que tenemos a mano.
Si tiene que motivar a alguien, intente subirle su autoestima haciéndole pintar su auto imagen, él será quien se convencerá de lo que puede y lo que le falta para poder, él es quien se podrá motivar de forma permanente, ya que cualquier motivación externa sólo le durará cuando mucho hasta el próximo revés. Se necesita tomar en cuenta cuáles herramientas tiene la persona y cuáles le hacen falta.
El proceso de motivación de dentro hacia fuera es vital para conseguir que las personas puedan lograr lo que se proponen, y que no se propongan lo que no pueden lograr. Además, recuerde que los plazos de tiempo son vitales para que las personas logren las herramientas necesarias para conseguir los objetivos.
La consigna debe ser “Lograr en un futuro todo lo que me proponga en el presente”.
Reflexiòn: No lograré mucho con lo que soy si no me propongo quién quiero ser
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