La ilusión es un sentimiento positivo que nos inunda cuando nos encontramos en una situación novedosa, muy deseada o con gran carga positiva para nosotros. Está muy relacionada con las expectativas, los planes y el futuro. Por eso, a veces la relacionamos tanto con la infancia, con la emoción de descubrir, de construir, de poder hacer cosas, de crecer y darse cuenta de ello.
Parece que la sociedad de hoy ha perdido la capacidad de ilusionarse. La falta de salidas, los caminos que se cierran, las malas noticias que se suceden en los medios de comunicación crean un clima en el que la ilusión parece no tener cabida. Casi parece que la ilusión es patrimonio de aquellos inconscientes o insensibles que viven ajenos a la realidad.
Pero no podemos vivir sin ilusión. No podemos hacer de ella un sentimiento nostálgico de otro tiempo mejor, o de la niñez en la que los problemas de los mayores eran eso, de mayores.
La ilusión es algo de lo que tenemos que apoderarnos. Y para ello es preciso buscar nuevas ilusiones, quizá en las cosas más cotidianas.
¿Alguna vez os habéis parado a pensar en qué cosas os hacen ilusión? Ese es el primer paso para encontrarla. Y cuanto más larga sea la lista, más fácil será que la ilusión se asiente en nuestro día a día.
Sara Ferro Martínez