¿Qué puedes esperar de una profesora?Todos nos acordamos de alguna profesora que marcó nuestra infancia y adolescencia, para bien o para mal. Una que nos alentó, que confió en nuestras posibilidades. Aquella otra que nos tenía manía. Las solemos recordar por sus motes o por sus coletillas. Esa frase que repetían cientos de veces hasta desgastarla.
Las hay que mandar callar con la vehemencia de un tifón. Las hay que empatizan con los alumnos como Michelle Pfeiffer en 'Mentes peligrosas'. Las hay férreas y exigentes. Las hay cercanas como el personaje de Zooey Deschanel en 'The New Girl'. Pero en general coinciden en las siguientes características:
1. Una profesora tiene decenas de profesiones a la vez. Es profesora, psicóloga, asistente social, enfermera, médico, nutricionista, actriz…Y catadora sin límite de café.
2. Tienen una cualidad innata para solucionar los problemas. Se enfrentan a primeros días de clase. Se enfrentan a niños curiosos con la procedencia de su hermano pequeño o de los Reyes Magos. Se enfrentan con hordas de adolescentes con las hormonas en ebullición. Se enfrentan a cientos de “jo, tía” diarios y otros tantos “mira, paso”. Se enfrentan a primeros amores, celos y desamores. Se enfrentan a la era de Whatsapp, selfies y Tuenti. Y lo peor de todo: se enfrentan a los padres, a leyes educativas y a José Ignacio Wert.
3. Son metamadres. Una profesora siempre tiene hijos. No importa que no tenga hijos naturales, tendrá los 25 de su clase. Y están acostumbradas a organizar sus vidas como si realmente fuesen sus madres, incluso cuando no están en el colegio. Lo harán en cualquier situación o lugar. En supermercados, playas o por la calle. Lo que nos lleva al siguiente punto:
4. Lo organizan todo. Están acostumbradas a dirigir la clase para mantener una cierta disciplina. Si pueden con un contundente grupo de quinceañeros, están preparadas para dirigir la nave alienígena nodriza de Independence Day sin despeinarse y sin manual de instrucciones.
5. Su voz suele ser potente. Vamos, gritan bastante. Hay que tener en cuenta que necesitan gritar, un silbato, las palmas suficientes para componer un disco de sevillanas, un megáfono y tambores de guerra para que los niños se callen y les presten atención. En alguna reunión de sala de profesores se ha llegado a romper la barrera del sonido. En sus cenas de Navidad o fin de curso se rompen varias veces.
6. Son creativas. Están acostumbradas a salvar situaciones sin que los alumnos se den cuenta o a conseguir mantenerles entretenidos. También tienen que tener buena memoria. Se aprenden todos los cursos más de 60 nombres, con sus 180 apellidos. Si su clase es de educación infantil tendrán que aprenderse también a quién pertenecen esos 30 abrigos, con sus 30 bufandas y sus respectivos 60 guantes.
7. Les costará bastante encontrar el nombre perfecto para sus hijos porque:
-¿Qué te parece Daniel?
-Uy no. Así se llama el niño hiperactivo que me trae loca en mi clase de primaria.
-¿Y Luis?
-Joder, no. Luis es el cafre de sexto de primaria del que siempre te hablo.
-¿Y Eustaquio?
-No, no, Eustaquio es el peor de su clase.
8. Su paraíso es una papelería, y su bolso estará repleto de bolígrafos, lápices y cualquier objeto susceptible de ser utilizado para escribir. Si vives con ella comprobarás cómo deja notas en todos los rincones de la casa con una caligrafía intachable y cómo hace listas para todo. Sublistas de las propias listas. Si les dejas un rato te hace la lista de Del Bosque del Mundial de Brasil. Sus agendas albergan más información que los servidores de Facebook.
9. Son, junto con las periodistas, la mejor compañera posible si juegas al Trivial. Aunque estén especializadas en una o varias asignaturas, saben un poco de todo. Como tu cuñado.
10. Reciben muchos regalos. Por lo menos al final de curso y en algún que otro cumpleaños de sus alumnos. Te llenarán la casa de flores y bombones. Sí, sí, es un punto a su favor. A todos nos gustan los bombones.
11. Sobreviven a virus constantes en sus aulas. Si puede con esa gripe grupal o varicela de su clase de primero de primaria, amigo mío, puede contigo.
12. Y claro, las vacaciones. Si ella es profesora no tendrás ningún tipo de problema para hacer coincidir vuestros 15 días en verano. Ni en Navidades. Ni en semana Santa. Pero ni se te ocurra proponérselo en exámenes.
Toda profesora con el paso del tiempo terminará siendo maestra. Tu maestra. “Oh capitana, mi capitana”.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/conoces-a-las-profesoras/19540