Cómo superar una rupturaMi amigo Sergio últimamente caminaba arrastrando los pies, cabizbajo, con unas ojeras muy negras. Cuando entrábamos en un bar, pedía absenta y suspiraba mientras el azucarillo se derretía en la cuchara. Su novia le había dejado y tenía el corazón roto: "Era el amor de mi vida, Jaime -me explicaba-, ¿dónde encontraré a otra chica a la que le guste 'Primos lejanos' como a mí?".
Por suerte Sergio me tenía a mí como amigo. Soy un hombre de mundo (he viajado por gran parte de Barcelona) y con mucha experiencia en relaciones (he visto un episodio y medio de 'A dos metros bajo tierra'), por lo que sabía perfectamente cómo ayudarle a superar esta ruptura.
(Nota: Sergio es muy tímido y vergonzoso, por lo que a partir de ahora le llamaremos Alfredo).
-Hay que salir, Alfredo. Nos vamos a emborrachar -le dije.
-¿Alfredo? ¿Por qué me llamas Alfredo? -me contestó.
La noche de bares comenzó muy bien: después del primer chupito de tequila ya estábamos charlando con unas inglesas. Lo malo es que después del tercero, Alfredo estaba abrazado a una de ellas, hablándole de su ex entre lágrimas. A las cuatro de la mañana lo descubrí en la calle, llamando a su ex.
-Dile que la quieres mucho -le aconsejaba la inglesa, sentada en la acera con los zapatos de tacón en la mano y medio chupito de tequila en la camiseta.
Por suerte, nunca salgo de casa sin mi táser, así que conseguí quitarle el móvil antes de que se pusiera a cantar "nuestra canción".
Era evidente que tenía que conseguir que Sergio pasara página, que no pensara tanto en ella. Pero resultaba especialmente difícil teniendo en cuenta que tenía el piso lleno de recuerdos: libros, entradas de cine, su cepillo de dientes, un altar lleno de fotos, mechones de su cabello y un tanga, todo iluminado con velas...
Conocer a gente nueva a veces ayuda... pero no siempre ”
-Debes deshacerte de sus cosas. No puedes quedarte anclado en el pasado. Quémalo todo, si es necesario, purifica tu... Pero ¿dónde vas? ¡Suelta esa cerilla! ¡Cuando digo "sus cosas", me refiero a que tires los recuerdos que guardas en esa caja de zapatos, NO A QUE QUEMES SU CASA! ¡PARA!
Después de pagar la fianza, decidí que Sergio tenía que conocer a otra chica, así que le preparé una cena a cuatro con un par de amigas. Quizás aún no estaba preparado, porque no hizo más que buscarles defectos.
-Creo que son un poco mayores para mí.
-Venga hombre, relájate.
-Tienen como 98 años... La mía ha venido en silla de ruedas.
-Es un encanto. Si nos ha dado caramelos.
-Son de anís.
-¡PON ALGO DE TU PARTE!
No funcionó: mi tía abuela también estaba intentando superar una ruptura (había enviudado recientemente) y no acabaron de conectar.
Sergio González López, residente en la calle San Antonio, núme... Digo, Alfredo, perdón, Alfredo... Decía que Alfredo tocó fondo cuando yendo de cañas nos dimos de bruces con su ex, colgada del brazo de otro tipo. ¡YA ME HA OLVIDADO!, gritaba mientras me abrazaba y me ponía la chaqueta perdida con sus lágrimas. ¡Y TODO POR TU MANÍA DE CAMBIARME EL NOMBRE!
-Bah, si es feo y tiene cara de tonto.
-Pero ¿no te has fijado? ¡Es Ryan Gosling! ¡Mi ex está saliendo con Ryan Gosling!
-¿Quién es Ryan Gosling?
-Se ríe de mí porque lloré con 'El diario de Noa'. ¡Fue por los bostezos!
La situación era insostenible, así que no tuve más remedio que construir una máquina del tiempo y enviar a Alfredo a hablar con su yo del pasado, para así convencerse a sí mismo de que no saliera con su entonces futura ex. Aun así, el Alfredo del pasado no se mostró nada receptivo.
-No sé, yo creo que puede funcionar.
-¡Te estoy diciendo que no! ¡Te romperá el corazón! ¡Que a mí ya me lo ha hecho!
-Pero en tu caso es diferente.
-¡Que no! ¡Que ya ha pasado! ¡Que vengo del futuro!
-No pienso renunciar a una chica a la que le gusta 'Primos lejanos' sólo por tus remilgos.
-¡Hazme caso, Alfredo!
-¿Pero por qué me llamas Alfredo?
-YA NO SÉ QUIÉN SOY.
Después de varias horas de gritos y recriminaciones, el Alfredo del pasado insistió en que el amor podía vencer todos los obstáculos.
Pero no podía, claro.
Eso sí, gracias a mi máquina, Alfredo viajó a los dos minutos posteriores a su ruptura para decirse a sí mismo:
-TE LO DIJE.
Eso le ayudó bastante.
Bueno, eso y llamar a mi tía abuela, llevarla al cine y pasar la noche juntos. Lo malo es que quiere volver a llamarla. Creo que se está enamorando y me da la impresión de que ella no se está planteando nada serio. Pobre Alfredo, nunca aprenderá.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/como-superar-una-ruptura/17969