Dominika es una Diosa/hechicera que vivía en Urkiza (Araba). Allí cada Martes,tenía lugar un aquelarre dónde asistían todas las brujas de las proximidades y no tanto a realizar un círculo de poder para honrar una divinidad sagrada. Acudían también los hombres que realizaban grandes círculos dónde dentro estaban las mujeres y un altar.
Un día que una joven llamada Dominika paseaba ajena por el bosque,. Ella estaba enamorada del pastor Martín que ese mismo día había anunciado que se casaría con la hija de la panadera viuda.
Dominika tenía tantas lágrimas en los ojos que no
podía casi ni ver el suelo y su corazón latía tan deprisa que en algún momento creía que saldría de su cuerpo.
Se adentró en lo profundo del bosque y allí, se encontró con el algarabío de hombres y mujeres que danzaban cerca de una hoguera. Se escondió entre los arbustos y secando sus lágrimas se quedo mirando.
Apareció por detrás una anciana que la tomo de la mano y le dijo:
- Si quieres puedo convertirte en Bruja -
- ¿Y que ganare yo siendo bruja? - Dijo Dominika
- Podrás convertirte en cerdo, asno, gato, perro o mosca … -
- Yo preferiría convertirme en cisne, águila o una hermosa yegua -
- Podrás hacer llover cuando quieras -
- Preferiría que saliese el sol todos los días nublados -
-Podrás viajar cuando quieras -
- Vaya eso si me gusta... -
La tomo la bruja de la mano y la llevo hasta el centro del círculo y le dijo a la muchacha:
- Existen cuatro formas de convertirse en bruja:
1. Dar tres vueltas a una iglesia
2. No haber sido bautizada
3. Recibir de otra bruja un Kuttun (Amuleto)
4. Coger de la mano a otra bruja que se está muriendo.
Y una vez hayas elegido la forma en la que te convertirás en bruja, repetir estas palabras:
"Sasi Guztien Gainetik, hodei guztien azpitik "
"Por encima de las zarzas, por debajo de las nubes".
Recibió entonces un colgante tallado de madera con la forma de una espiral de la anciana, se unto de un ungüento espeso y comenzó a danzar y a girar hasta que se vio volando por los cielos, convertida en una hermosa águila real.
Y así la joven cada Martes acudía al círculo de las brujas, dónde vivía experiencias maravillosas. Una noche ella misma se convirtió en Ilargi (la luna) y otras tuvo certeza que la misma Amalurra (la tierra) le enseñaba el poder de generar vida.
Pero a pesar de su conversión, la muchacha no era feliz y cada día sentía más tristeza en el corazón por no poder tener a su amado Martín. Y decidió marcharse lejos para no volver jamás.
Eligió un bosque solitario y allí, se construyo una cabaña, para que nadie la pudiese ver llorar, se puso un velo negro para tapar su triste rostro y desde entonces, cuentan que allí llora a la luna llena convertida en loba.
La historia de hoy, nos habla de las fases de transformación de las mujeres.
La etapa en la que Dominika sufre por un amor correspondido, despierta la doncella. Hemos dejado la infancia y aprendes a sentir el dolor. Depende de nosotras o la formación y el apoyo que hayamos tenido en nuestro entorno para que ese dolor sea convertido en aceptación, o por el contrario cómo le pasa a Dominika, vive sola este trance.
Se encuentra en el bosque (dónde crece la vida y se produce la transformación), con una anciana sabia. Que aunque Dominika la doncella no sabe, vive dentro de todas las mujeres. Esa anciana sabia es el reencuentro con todo nuestro linaje femenino y todo lo que sabemos pero no escuchamos porque esta dormido.
La anciana le cuenta los secretos de la Diosa para llevarla al mundo del crecimiento interior.
Pero Dominika, no quiere pasar a la etapa de la Madre (La luna llena y Amalurra), prefiere seguir sufriendo a la Doncella por no tener lo que una desea.
Prefiere aislarse del mundo, tapa su rostro con el velo que no la deja ver y se encierra en el papel de la victima a pesar de tener todos los dones para seguir con la transformación.
Muchas de nosotras, aunque no somos conscientes, adoptamos el papel de la victima, a pesar de que tenemos recursos suficientes para no serlo.
La Victima, necesita ser escuchada, en este caso aparece la figura de una joven criatura que sufre sola el dolor, sin la figura de la madre que la inicie.
Muchas de nosotras, pasamos los nuevos trances del amor, la menstruación o el sexo, sin el apoyo de una madre que considera que estos temas son un tabú.
La idea del complementario obligatorio en una figura externa nos derrumba toda posibilidad de crecimiento, pues los cuentos y nuestras ancestros nos han dejado un legado, en el que si no conseguimos un pareja, no conseguiremos ser mujeres completas.
Esto sume a Dominika en un vacío que no le permite ver la esencia de su naturaleza.
Nuestras madres, no nos han enseñado a aceptarnos como mujeres completas, nunca celebraron nuestro paso para ser mujeres...
Por eso hoy, quizá convenga recordar en nuestro proceso de crecimiento, en que situaciones me victimizo y por que lo hago.
¿Que gano al convertirme en una victima? (enfermo para llamar la atención, para vivir en el dolor al que estoy acostumbrada, para sentir que lleno mi tiempo vacío. Me enfado para poder ponerme el velo sobre la cara y no tener que expandirme, me encuentro con situaciones que me resultan insuperables para poder quedarme en mi choza del bosque...)
Cuando me convierto en victima, ¿Cómo me siento?
¿Que cosas externas me provocan ser una victima habitualmente?
¿Quién creo yo que tiene la culpa de que yo sea una victima?....
Pues con este ejercicio para hoy trabajando la falta del legado femenino para transitar por las diferentes etapas de la mujer, sólo recordaros que hoy se magnetiza el color rosa y que si queréis retirar el velo de vuestra Dominika, os sintonicéis con este color, para poder ir quitando capas y perdonar a vuestras madres de no habernos enseñado otra forma de vivir las etapas de transformación que no sea mediante el sufrimiento.
ACEPTAMOS hoy que somos DIOSAS y que TODA la SABIDURÍA esta dentro NOSOTRAS.
Fuente: Carla Olga. "Una Diosa para cada día",Editorial Mandala