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| Cómo evitar perjudicar a sus hijos con el divorcio | |
| | Autor | Mensaje |
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Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: Cómo evitar perjudicar a sus hijos con el divorcio Mar Mar 25 2014, 00:23 | |
| Cuando los padres piensan divorciarse, les sobrecoge automáticamente el temor de perjudicar a sus hijos. Afortunadamente los psicólogos especialistas en la familia han descubierto cómo los padres pueden evitar perjudicar a sus hijos cuando se divorcian. Los expertos compararon grupos de niños que se comportaron terriblemente mal después del divorcio de sus padres y los compararon con grupos de niños que se adaptaron de una manera razonable. Descubrieron que los niños que se adaptan bien al divorcio de sus padres tuvieron tres experiencias cruciales:
Todavía tenían acceso y participación con ambos padres. En otras palabras, no perdieron a uno de sus padres como una consecuencia del divorcio. Sus relaciones con los familiares, especialmente con los abuelos de ambos lados, continuaron después del divorcio. Sus padres ya no peleaban delante de ellos y ya no los ponían en el medio. El niño que no se adaptó bien después del divorcio fue el que sus padres le persuadieron a tomar partes y trataron de alejarlo de uno de ellos. Perdieron el contacto con familiares queridos a los que amaban. Y estos niños tuvieron padres que continuaron peleando durante años y que pusieron al niño de por medio en sus conflictos constantes.
Una promesa para los padres que se están divorciando
En vista de que la objeción más grande en un divorcio es poner a los niños de por medio y además utilizarlos para que una de las partes haga sufrir a la otra, he redactado una promesa para que los padres se den cuenta cuáles son los errores que deben evitar con el fin de proteger a sus hijos. Cada uno de los padres deberá leerla para sí mismo de tiempo en tiempo:
“Soy padre [madre] responsable. Amo a mis hijos. Si bien me voy a divorciar, mi responsabilidad es dar prioridad a las necesidades de mis hijos. Sé que los niños se adaptan mejor cuando pueden contar tanto con su padre y como con su madre. Prometo que evitaré cometer los siguientes errores con el fin de no perjudicar a mis hijos:
No utilizaré a mis hijos para transmitir mensajes sobre dinero. El dinero es un asunto que deben resolver los adultos, no los niños. No recogeré ni traeré de regreso a mis hijos con retraso sin notificar por adelantado a su padre o a su madre. No trataré de cambiar el horario que ha sido programado para el tiempo que compartiremos con nuestros hijos. Si recojo tarde a mis hijos no cambiaré la hora del regreso. Si los traigo de regreso tarde, no restaré este tiempo de la visita siguiente. No haré partícipe a mis hijos en actividades que resulten atractivas justamente antes de que su padre o su madre venga a recogerlos con el fin de evitar que les cueste trabajo dejarme. No impediré que su padre o su madre participe en las actividades escolares. En la educación de los hijos están implicados tanto el padre como la madre. No programaré actividades fuera de casa para mis hijos que acorten el tiempo destinado a la otra parte. Las actividades de recreo son importantes, pero el tiempo con los padres debe tener prioridad. No haré que sea un motivo de controversia delante de mis hijos las facturas no pagadas. Al igual que los asuntos de dinero, los adultos deben resolver los asuntos relacionados con las facturas entre ellos o con la ayuda de sus abogados. No informaré a mis hijos si su padre o madre me notifica sobre demandas o procesos o si toma alguna acción que requiera mi comparecencia ante un tribunal. Hacer que los niños enfrenten asuntos ante los cuales son impotentes, no tiene propósito constructivo. No cambiaré su nombre. Si el nombre o las acciones de mis hijos me molestan porque me recuerdan a su padre o a su madre, buscaré asesoramiento profesional. No usaré la ropa, los libros de la escuela ni el equipo de juego de mis hijos como modo que pase un mal rato su padre o su madre. Haré cualquier esfuerzo para comunicarme con la otra parte con respecto a las cosas que mis hijos necesitarán traer para sus visitas. No dejaré que la otra parte sea quien se encargue siempre de manejar. Me doy cuenta de que al compartir la actividad de manejar, les doy a mis hijos permiso, a través de mis acciones, para estar con su padre o con su madre. No alejaré de mis hijos cuando estén enfermos. Me preguntaré, “¿Están mis hijos realmente tan mal como para no poder salir con su padre o con su madre?”. Si la respuesta es sí, entonces averiguaré si su padre o su madre puede venir de visita o hablar por teléfono. No esperaré que la otra parte lo críe y trate exactamente como yo prefiero. Reconoceré que como padres tenemos grandes diferencias y que cada uno de nosotros tiene el derecho de criar a sus hijos de acuerdo con su propio estilo. Papá tiene sus reglas y Mamá las suyas. No interferiré en la vida familiar de la otra parte. Una llamada telefónica al día es aceptable y aconsejable para mis hijos. Varias llamadas telefónicas al día a mis hijos podrían ser perturbadoras para la familia de la otra parte. No le ocultaré a la otra parte cualquier información acerca del bienestar de mis hijos. Las notas escolares, los informes de conducta, asuntos de salud, accidentes, formas de actuar, etc., se deben comunicar a la otra parte para que mis hijos adquieran un sentido de continuidad mientras van de una casa a la otra. No hablaré mal acerca de su padre o madre delante de mis hijos. Esto no significa que engañaré a mis hijos sino que haré todo esfuerzo posible para ayudarles a que lleguen a sus propias conclusiones Me expresaré con afirmaciones apropiadas cuando mis hijos se quejen de su padre o de su madre. Por ejemplo, “No sé por qué tu papá hizo eso”. “¿Por qué no le dices a tu mamá cómo te hizo sentir?”. “No te culpo por estar enfadado”. “Necesitas resolverlo con tu papá”. “Me parece que tu mamá está pasando por una etapa difícil”. No aceptaré un plan para compartir tiempo con mis hijos donde uno de los padres se vea reducido a un nivel de visitante. Sé que para que una persona resulte un padre eficaz, se necesita gozar de un período de tiempo señalado para que padres e hijos estén juntos. Los padres necesitan períodos de tiempo señalados para criar y mimar a sus hijos, no una hora de vez en cuando para ir al cine o para tomar un helado rápidamente. Los padres implicados en las vidas de sus hijos se deben dar tiempo para bañar a sus hijos, alimentarlos, ayudarles con las tareas escolares, llevarlos a sus citas con el médico, leerles cuentos y hacer todas las cosas maravillosas que los niños necesitan de sus padres. No perderé la oportunidad de ver a mis hijos únicamente porque pienso que estar con ellos significará hacer un favor a la otra parte, a quien aún guardo resentimiento. Recogeré a mis hijos, aun cuando esto signifique ayudar a la otra parte, porque lo que es importante es disfrutar de mis hijos. No impediré que mis hijos hagan llamadas telefónicas a su padre o a su madre cuando estén conmigo. Una llamada telefónica al día a Mamá o a Papá es aceptable No desdeñaré frente a mis hijos las actividades o los valores que son importantes para su padre o su madre. Una declaración como la siguiente es valiosa: “No estoy de acuerdo con tu papá (tu mamá), pero cuando estén juntos deben seguir sus reglas”. No evitaré que mis hijos reciban mensajes telefónicos. Informaré a mis hijos sobre llamadas hechas por su padre o su madre y les transmitiré cualquier mensaje Evitaré el juego de la competencia. No trataré de competir con la otra parte con el fin de que esté en desventaja ante mis hijos. Haré todo esfuerzo por colaborar con la otra parte acerca de los cumpleaños y días feriados. No les diré a mis hijos que no deben querer al nuevo amigo o cónyuge de su padre o su madre. No instruiré a mis hijos que se abstengan de llamar “mamá” o “papá” a su madrastra o padrastro. Lo haré así porque reconozco que mis hijos se están adaptando bien al divorcio si pueden sentir una relación estrecha con su madrastra o con su padrastro. No daré a mis hijos regalos “con condiciones”. Un regalo es algo que mis hijos puedan llevar a la casa del padre o de la madre. No aceptaré de manera rápida e inmediata los comentarios negativos de mis hijos acerca de su padre o su madre. No me comportaré de esta manera porque sé que los niños de padres divorciados tienden a ser la causa de enfrentamientos entre sus padres. Los niños frecuentemente saben que el padre y la madre no se quieren. Por lo tanto tratan de que cada uno les quiera transmitiendo algunos “chismes” entre uno y otro. Los niños normalmente se enfadan con cada uno de sus padres. Por lo tanto, tendré cuidado en responder a lo que ellos dicen acerca de su padre o su madre. No les pediré información privada acerca de su padre o de su madre. Cuando los padres hacen esta promesa, se dan cuenta de los tipos de comportamiento que pueden hacer sufrir y eventualmente perjudicar a los niños, y hacen lo posible por evitar estos errores comunes.
Por Kenneth N. Condrell, PhD © 2003 Achieve Solutions | |
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