EL DESEO

Todo deseo nace del corazón y de un deseo anterior, la cadena del deseo jamás termina. Es la vida misma.


"Los deseos son semillas a la espera del momento propicio para germinar, de una sola semilla de deseo nacen bosques completos"


Cada uno de nosotros experimenta la vida deseando una cosa tras otra, y cuando lo conseguimos no tardamos en "desecharlo u olvidarlo", son nuestros viejos deseos, lo hemos hecho tal vez inconscientemente a lo largo de la vida y a veces como si no hubiesen tenido importancia.
Los deseos nunca terminan, independientemente de cuantos se hagan realidad y, al mismo tiempo, ningún deseo dura lo suficiente para dejar de desear.
Somos seres humanos y en nuestra naturaleza esta el desear más y más. Sin ellos la vida no tendría sentido, pues es lo que nos impulsa a desear una vida mejor. Por lo tanto no te avergüences de desear tantas cosas y no consideres inútil o equivocado ningún deseo, pues algún día se cumplirán, pero tampoco te engañes pensando que lo que deseas hoy será suficiente mañana.

Las personas al desear no dejan de ser menos espirituales. No hace falta condenarse o sacrificarse para conseguir espiritualidad, por ejemplo algunos cristianos condenan la debilidad de la carne a causa de sus bajos deseos; o en el budismo que culpa al deseo de ser la causa del ciclo interminable de placer y dolor.

El desear es algo innato en los seres humanos y esta dentro del plan de Dios. No es bueno o malo. Solo hay que tener cuidado en la forma de hacer uso de los deseos, pues a veces confunden a las personas, las hacen egoístas y a veces perturba hacía la violencia, creando ignorancia y enfrentando a las personas.

Hay que respetar cada uno de ellos, descubrir la verdadera naturaleza de ellos, sin juzgar. Mantenerlos guardados en el corazón. No luchar para obtener resultados (trato esto en la entrada anterior); confiar en que Dios, El Universo, Lo Divino, el Espíritu Superior... ha hecho que se piense en el deseo y se deja en sus manos la gestación o germinación adecuada para que se cristalice y sea una experiencia real.

La cara negativa del deseo no esta en el mismo, sino en la lucha por hacerlos realidad.

El deseo nace del propio Espíritu y este expresa la necesidad última de reintegrarse a la perfección, nunca olvides que Dios desea dar. Este mundo es un regalo, y solo la capacidad de recibir limita la capacidad de Dios para darte lo que deseas.

Juzgar el deseo equivale a juzgar a la Fuente, la cual eres Tu Mismo; si tienes miedo al deseo significa tener miedo de ti mismo. El problema no radica en el deseo sino lo que pasa cuando los deseos se frustran o se bloquean, es allí donde se juzga y se lucha.

Aun viviendo en una sociedad donde podemos obtener más y más experiencias, pues hay infinidad de cosas materiales, sin embargo no hemos logrado la Perfecta Felicidad. A veces detrás de la riqueza hay un vacío espiritual, lo cual no significa que desear una casa, un coche, mas dinero, ser rico... esté mal o sea motivo para retraerse.
El vacío espiritual no es el resultado de desear cosas materiales, sino cuando se cree que eso "externo" proporcionará mas de lo que puede hacer u ofrecer.
Las cosas externas no pueden satisfacer las necesidades espirituales, pero si ayudan a ser felices aunque sea periodos de tiempo. Habría que entender que el deseo es como el camino, pues a veces se busca el placer, la supervivencia o el poder, pero con el tiempo este camino lleva más allá de esas recompensas, pues solo es el inicio de lo mejor.
Según vamos avanzando en la edad nuestros deseos cambian, cuando somos niños nuestros deseos son juguetes, cuando vamos creciendo el deseo es de aprobación, después dinero o poder, es la fase natural del deseo, más y más lleva finalmente a desplazar lo anterior. Todo ello en un momento fueron deseos con pasión, disfrutaste de el en su momento y se dejó atrás, es el flujo de la vida que te pide que los dejes ir.

Ahora... relájate y piensa en aquello que deseas con pasión en este momento, lo que sea, tal vez una casa, una relación ... elije bien y siente lo mas fuerte que puedas el ardiente deseo.
Ahora... piensa en un deseo que ya se ha hecho realidad, comparado con tu deseo actual la emoción se siente diferente, pues ya no se siente la ansiedad de conseguirlo puesto que ya has experimentado su realización (cuidado con la ansiedad).
Esto es lo que hace la vida, es lo que nos impulsa hacía adelante, el desear es increíblemente poderoso y no termina nunca, solo cambia el deseo. Los deseos en realidad producen felicidad.

Cuando las manifestaciones de los deseos son perjudiciales o dañinas, es el reflejo del daño del espíritu, y es que necesita conocerse a sí misma. Es importante conocer la naturaleza de los deseos, reconocer que están de acuerdo con el plan divino, pues todos están hechos para cumplirse

"Dios jamás condena un deseo, los deseos están hechos para cumplirse. Somos nosotros los que creemos en el fondo que no lo merecemos, y es la forma en que se crean bloqueos. Pero si creemos que si lo merecemos, el camino de los deseos se convierte en felicidad, pues cada deseo tiene su significado espiritual, cada uno es un pequeño paso hacía el día en que deseemos la más elevada realización, saber: conocer nuestra naturaleza divina".


"El deseo es la ruta mas corta y natural de acercarnos a Dios, pues no hay ruta más rápida que a través de los deseos y las necesidades"

"Aprecia cada uno de tus deseos, por triviales que parezcan, pues esos deseos te conducen a la Divinidad"

http://elsecretodelosafortunados.blogspot.com.ar/2013/09/el-deseo.html