Nosotros como seres humanos muchas veces cometemos el error, me incluyo, de darle valor a cosas intrascendentes, y a las cosas transcendentes a veces las dejamos pasar de costado. Somos seres falibles, no siempre tomamos las decisiones acertadas, pero lo importante es las inquietudes honestas que podemos tener para con nosotros y para con la gente que nos rodea.
A veces nos asaltan temores, temores de distintas índoles, temores en la parte física, temores en los cambios laborales, temores en decisiones a tomar en lo económico. Y no está mal, no está mal en este sentido, en el sentido de que si bien tenemos un libro de cabecera mental que nos dice no a los apegos, no al estar pendiente de lo que nos rodea, pero es muy difícil estar en el plano físico y no sentir apego por las cosas. Nos encariñamos con una casa, nos encariñamos con un entorno, nos encariñamos con un modo de vida, con un trabajo, con la gente que nos rodea. ¿Nos encariñamos o nos acostumbramos? A veces a un trabajo, a un modo de vida. Cualquiera de las dos respuestas indica de alguna manera apego. Entonces cuando es inminente un cambio en la índole que fuera, puede ser un cambio a nivel físico, una intervención, cambios en lo laboral, cambios en lo personal, mudanzas… siempre vamos a tener determinada ansiedad y no nos persigamos diciendo que todo son roles del ego.
Entiendo que todo ser humano, por más integrado que sea, siempre le asaltan las dudas, siempre le asaltan algunos temores, siempre le asaltan ansiedades que obviamente alteran el propio estado psicofísico y es normal. Cuando digo es normal no significa como que avalo todo, porque sé que hay personas y personas. Hay personas que ante un cambio inminente son frías como un témpano, hay otras personas que son totalmente motivadas en cuanto a un estado de ansiedad.
Lo importante es mentalizarse. Acá no se trata de imponer, acá se trata de razonar.
Lo importante es mentalizarse empapándonos en optimismo, para todos, para todos los cambios. No puedo ser hipócrita y decir: “un cambio no me va a afectar”, porque afecta a todo, hasta una simple mudanza afecta, siempre afecta. Afecta el estrés de llevar las cosas, afecta el estrés de los cambios, un rompimiento afectivo, en lo laboral, en lo personal, todo afecta. Y aquella persona que no le afecta es porque no es de este mundo. Podrá ser por apego, podrá ser por acostumbramiento, pero afecta.
Si nos empapamos en optimismo, no imponiéndonos el optimismo sino razonándolo, nos sentimos con ímpetu, deseo, más voluntad, más decisión. Seguramente haremos más llevadera la transmutación, haremos más llevadero ese cambio, haremos más llevadero todo lo que vayamos a enfrentar.
No se trata de confrontar dándonos golpes contra la pared. Se trata de confrontar con razonamiento, con ánimo, con optimismo, y nosotros mismos cambiamos corporalmente nuestra energía y hace que de alguna manera estemos más fuertes moral, espiritual, psicológica y físicamente para enfrentar circunstancias que de otra manera podrían ser más obstaculizantes si se permite la palabra.
Siempre cuando tenemos ansiedad por algo tenemos como una especie de cosquilleo en el chakra del plexo solar, que a veces puede hacer hasta que nuestro estomago se cierre o se abra en demasía, y cuando hay un cambio inminente o tenemos que enfrentar algo, siempre por más optimismo que pongamos es muy difícil borrar esa sensación. Entonces aquí lo lindo, lo bueno, es proyectar.
Parece que cambiara de tema pero hay un método, no creado por mí, pero de alguna manera reinventado por mí, que se llama “foco más allá del foco”. Traducido al español significa que en la técnica japonesa llamada Karate, cuando se avanza a golpear una madera, siempre tenemos que hacer un foco mental visualizando la madera 10 o 15cm. más atrás, más allá de lo que está la madera en realidad. Entonces cuando nosotros apuntamos con el puño para romper la madera, no apuntamos a la madera, hacemos un foco 20cm más atrás y mentalmente, energéticamente vamos a desarrollar más potencia en el puño porque la madera real no existe para nuestra mente. La que existe es la madera que esta más atrás, la que en realidad no existe. Entonces esta madera, obviamente estando preparados, no lo va a hacer cualquiera porque se va a romper la mano, esta madera va a ser traspasada como si no existiera. Eso es hacer foco más allá del foco.
Si bien los grandes senseis, que significan maestros en japonés, lo han desarrollado, desde hace muchas décadas.
Bueno, esa misma técnica la traslado a circunstancias. Tengo una circunstancia determinada para X día, yo hago foco 10 o 20 días más allá y proyecto 10 o 20 días más allá: qué voy a estar haciendo tal fecha, cómo voy a estar disfrutando tal día. Entonces esa madera, esa circunstancia de ese día determinado donde yo voy a sufrir una intervención, voy a firmar una separación, voy a acceder a un nuevo contrato de trabajo, voy a tener una charla definitiva con X persona o voy a hacer un cambio de local, esa fecha va a ser una fecha ilusoria porque yo ya voy a estar pensando más allá, como el foco más allá del foco. Y ese foco más allá del foco no va a borrar ese día, pero lo va hacer más intranscendente. Entonces al hacerlo más intrascendente no me va a molestar tanto en mi estomago, porque mi mente va a estar con su foco en los 20 días más adelante, como la madera que no existe.
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