Te quiero hablar del concepto realidad. Suena profundo y tedioso ¿verdad? No te asustes que no lo es.
Seguro que conoces a gente que vive en los mundos de yupi, que todo lo que cuenta de su vida es perfecto, maravilloso e interiormente piensas que es un necio o una necia ¿Me equivoco? Se dibuja una pequeña sonrisa en tu rostro, es decir ¡he acertado!
Hay personas que tienen una facilidad natural, una tendencia, o tal vez son en verdad sumamente inteligentes emocionalmente para aceptar los vaivenes de la vida y crean su realidad.
Las cosas son las que son, los hechos son los que son, pero como ya te he dicho en alguna ocasión, nosotros decidimos como queremos vivirlos, que personaje queremos ser en la película de nuestra vida. Podemos posicionarnos como los quejosos perpetuos diciendo que el mundo es injusto con nosotros o bien podemos bailar bajo la tormenta, es nuestra elección. Lo inteligente emocionalmente, aunque acabemos empapados, es bailar bajo la tormenta, eso seguro.
Muchas veces en mis formaciones pongo el siguiente ejemplo: Imagínate que recibes la factura de la compañía de la luz y vas a las oficinas de la compañía del gas a quejarte. ¿Es ridículo verdad? Pues demasiadas veces en nuestra vida es lo que hacemos, quejarnos en la ventanilla equivocada.
Lo que te propongo es cambiar esta forma de funcionar. En lugar de gastar energía en la queja, toma las riendas de tu vida, cambia lo que depende de ti y aceptar lo que no es así. Y baila.
¿A que me ayuda este proceder pensarás? Pues a algo tan fácil como a crear tu realidad, tu mundo de yupi particular.
Si cada día te enfocas en imaginar como deseas tu vida, grabas en tu cerebro como es, que deseas en ella (neurológicamente es un hecho probado que la memoria y la visualización actúan en la misma área del cerebro y este no distingue algo vivido de algo imaginado), esto te ayuda a ir dibujando tu presente y ya sabes que este es el hacedor de tu futuro.
Seguramente esto te sonará a “El Secreto” el famoso libro tan de moda un tiempo atrás. Siento decirte que no es tan fácil. Se trata de un trabajo de introspección, de perdón, de autoconocimiento, de cambio de frecuencia al fin, que lo que hace es que vivas tu hoy en paz y con plenitud.
Una cosita más: Recuerda también que está probado científicamente que el cerebro no entiende el NO, así que debes hablarte en positivo. No te digas “Esto no es para mi” pues lo que consigues es tener más de “Esto”. Mejor aprende a hablarte con unos sencillos “Me merezco” “Quiero” “Soy” y mil palabras más que se te ocurrirán a ti solo/a, ya que esas, las que tu pienses, son las que te sientan bien a ti.
Y como soy muy curiosa te pregunto:
¿Qué realidad quieres para ti?
¿De qué quieres más en tu vida?
¿Qué te mereces?
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