La adicción al sexo o trastorno de hipersexualidad consiste en un patrón recurrente de fantasías, impulsos y conductas sexuales que suelen producirse como respuesta a estados emocionales desagradables, como sentirse deprimido, angustiado, etc., así como el uso repetido del sexo como un modo de afrontar el estrés.
Al mismo tiempo, cuando el adicto intenta dejar este tipo de conductas no suele tener éxito, sino que sigue realizándolas a pesar de haberse propuesto dejarlo, debido a que es el único modo que conoce de afrontar el malestar emocional.
Las conductas sexuales en los adictos suelen causarle malestar, además de interferir en sus relaciones personales y dar lugar a problemas en diversos aspectos de sus vidas, como el trabajo, la relación de pareja, etc.
Las personas con adicción al sexo suelen tener también más problemas emocionales que el resto de las personas, son más impulsivos, y tienen problemas para manejar el estrés. No es raro que hayan sido víctimas de abuso sexual en la infancia, lo que hizo que aprendieran a usar el sexo de un modo inadecuado y destructivo.
Aunque cualquier persona puede recurrir al sexo en un momento dado para afrontar el estrés o sentirse mejor, los adictos lo hacen de manera habitual y cada vez con mayor frecuencia, hasta que el sexo controla por completo sus vidas, del mismo modo que el alcohol llega a controlar la vida de los alcohólicos, sin que sean capaces de encontrar la fuerza suficiente para dejarlo.
Las consecuencias del trastorno
Las consecuencias negativas de este trastorno suelen ser muchas. En un estudio realizado con 207 personas con adicción al sexo, el 17% había perdido su trabajo, el 39% había sufrido la ruptura de una relación, el 28% contrajo una enfermedad de transmisión sexual y en el 78% de las personas su adicción interfería con el mantenimiento de una relación sexual saludable.
El 54% dijo que su conducta sexual comenzó a ser un problema antes de los 18 años de edad y un 30% dijo que empezó a ser problemática entre los 18 y los 25 años de edad, por lo que parece ser un trastorno que aparece en la adolescencia y al principio de la edad adulta. Dado que la adicción al sexo suele ser el modo que una persona ha aprendido para afrontar el dolor emocional, es lógico que aparezca a estas edades, puesto que las personas más mayores ya han aprendido otras formas (sanas o no) de hacer frente al estrés y el malestar emocional.
Las conductas sexuales de los adictos al sexo
Entre los tipos de conductas sexuales más comunes que practican las personas con adicción al sexo se encuentra la masturbación y el uso excesivo de pornografía en primer lugar, seguidas del sexo consentido con otro adulto y el cibersexo. Suelen tener relaciones sexuales con personas que se dedican a la prostitución, y tener múltiples aventuras o múltiples parejas sexuales, siendo la media de unas 15 parejas sexuales diferentes en un año.
¿Cómo se trata este trastorno?
Dado que son personas que no han aprendido modos sanos y adecuados de afrontar el estrés y el dolor emocional, uno de los principales aspectos del tratamiento consiste en enseñarles formas alternativas y saludables de afrontar el estrés, manejar el malestar emocional y regular sus emociones y la intensidad de dichas emociones, así como habilidades de solución de problemas u otro tipo de habilidades que puedan necesitar aprender, de manera que cuando se sientan mal o se encuentran con dificultades, problemas u obstáculos en sus vidas diarias, tengan las herramientas psicológicas necesarias para afrontarlos sin necesidad de recurrir al sexo.
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