Parte del proceso de aprender a meditar y seguir con la práctica, es poder tener un espacio reservado en donde reine la paz, la buena energía y la tranquilidad.
Este espacio para nuestras prácticas espirituales es algo muy personal que deber ir de la mano con nuestros gustos y necesidades.
Lo primero es enfocar nuestra energía e intención en tener ese espacio especial. Puede que esto empiece con limpiar y organizar nuestro hogar o lugar de trabajo. El polvo, desorden y cosas amontonadas distraen y además bloquean la energía.
Una vez haya limpiado y organizado su hogar, determine qué rincón o habitación le llama la atención. Su intuición es su mejor consejera en estos momentos. Quizá se sienta atraído por un lugar oscuro o uno donde la luz entra fácilmente. De pronto son las plantas o los adornos lo que le hacen preferir un lugar a los demás. A veces es simplemente el lugar que tenemos disponible o en el que podemos cerrar la puerta para que no nos interrumpan.
El tamaño no es importante realmente… puede ser una habitación completa, un rinconcito o incluso un closet.
Ya con el lugar escogido, piense cómo lo quiere adornar y organizar. Se siente más cómodo con colores pasteles o con colores vibrantes. Le apetece un colchón, un sillón o simplemente cojines o alfombras para sentarse. El ruido de unas campanillas o un estéreo lo distrae o lo relaja aún más?
Las velas son grandes compañeras en los momentos de relajación. Con o sin aromas, su luz nos conduce a entrar en trance y modular la energía de nuestro entorno. El color de las velas puede escogerse por estética o por intuición o por una guía de lo que cada color significa. Las velas blancas son en general útiles para cualquier propósito.
Los cristales son también aliados fieles en momentos de sanación y meditación. Sus propiedades infinitas atraen y canalizan la energía para manifestar nuestros propósitos. El cuarzo blanco o transparente es uno de los más poderosos y puede programarse para que nos ayude a concentrar la energía creadora en un propósito específico.
También podemos escoger los cristales de acuerdo a qué chakras queremos activar, o escoger unos cuantos que nos balanceen todos los chakras.
Qué más le apetece colocar en su espacio? De pronto fotos de sus seres queridos que le traigan memorias lindas. También se le puede ocurrir poner figuras religiosas o espirituales que representen para usted los objetivos que quiere lograr con sus meditaciones. Algunos también eligen potpurrí u otros objetos que llenen el espacio con aromas… quizás flores, plantas o aceites esenciales.
Si tiene uno, un mapa de la prosperidad es también un artículo que le brindará mucho poder a sus ratos de meditación. Puede concentrarse en él y visualizar aquello que quiere manifestar. Para mayor poder, por qué no agregar una lista de sus afirmaciones más poderosas?
La música también puede acompañarle. Tenga un iPod o estéreo a mano para tocar música relajante. Mejor aún, encuentre meditaciones guiadas! Con ellas, especialmente al comienzo, puede dejarse llevar paso a paso por un experto y practicar mientras gana más experiencia.
En general, un espacio sagrado refleja nuestros gustos y creatividad y podemos disfrutar creándolo, transformándolo y construyéndolo poco a poco. Lo más importante de todos modos es el espacio sagrado que cargamos dentro de nosotros mismos, que nos permite pausar la vida por momentos y conectarnos con la paz de nuestra esencia.
http://nuevaera.about.com/od/meditacion/a/Cree-Su-Propio-Lugar-Sagrado-Para-Meditar.htm