He aquí una pregunta que nos hacemos todos los días: ¿Cómo ser feliz?. No es nada sencilla de responder. Y es que la felicidad es alcanzar algo (un lugar, una persona, un logro) que has idealizado.
En nuestra mente, la fiesta de quince años, la boda, la graduación, la nueva casa, todo aquello que nos hace felices, es escenificado como una postal del futuro para alentarnos en el esfuerzo de obtenerlo. Creamos una expectativa cuyo cumplimiento nos produce la felicidad. Pero ¿cuántas veces te ha pasado que cuando obtienes algo, descubres que no era tan bueno como imaginaste?
Cuando la expectativa no se cumple, quedas en riesgo de que aquello que iba a crear tu felicidad se convierta en su opuesto: la decepción.
¿Cómo puedes disfrutar de la felicidad si puede ser tan frágil?
Mira, por ejemplo, las fotos de una boda. Sobre todo las de la pareja tras el momento de dar el sí el uno al otro. ¿Qué encuentras en ellas? Dos personas que sonríen, felices, satisfechas, sin rastro de decepción.
¿Acaso se han cumplido todas sus expectativas? Tal vez. Quizá pertenecen al grupo de afortunados cuyas expectativas no se vieron modificadas por los factores que no podían controlar: la economía, la agenda de los invitados, el clima, la disponibilidad de la iglesia, la calidad de los anillos... A lo mejor pertenecen a las personas que en algún momento de su vida lograron la felicidad natural.
Llamamos “felicidad natural” a aquella que se produce cuando nuestra expectativas se ven totalmente colmadas. Sin embargo, no se trata del único tipo de felicidad que puedes obtener.
Volvamos a las fotos de bodas. Ya sabes que hay una historia detrás de cada imagen, y puede que no sea evidente a simple vista: muchas de las parejas que sonríen son felices a pesar de que no vieron sus expectativas cumplidas. Ella no tuvo dinero para el vestido impresionante que deseaba, él usará un anillo prestado; ambos tuvieron que llegar en transporte público; la madre de ella murió meses antes de la ceremonia; y no hubo banquete después de la iglesia.
Su boda no fue como la imaginaban... y sin embargo los hizo felices. ¿Por qué?
Hay un segundo tipo de felicidad: la felicidad sintética. A pesar de su nombre, no es una alegría artificial, sino una muy sincera. De hecho, nos permite ser felices a pesar de los contratiempos, el desencanto y las expectativas que no se cumplen al pie de la letra.
¿Cómo es que los novios de nuestra foto alcanzaron la felicidad sintética a pesar de su presente imperfecto?
1. Cambiaron su perspectiva
Esa pareja tenía expectativas, pero las expectativas deben cambiar ante el peso de las circunstancias. Cuando hay factores que no permiten cumplir del todo tus objetivos, haz como ellos y pregúntate: ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
2. Disfrutaron lo que tenían y no extrañaron lo que no consiguieron
Esos novios se dieron cuenta de que, a pesar de las pérdidas y de lo que no lograron, se tenían el uno al otro, y estaban frente a una ocasión que no se iba a repetir en sus vidas: la celebración de su amor. ¿No harías lo mismo en su lugar?
3. Sintieron orgullo por su esfuerzo
Hay cosas que controlamos en la vida, hay cosas que no controlamos... Tu esfuerzo debe centrarse en lo que puedes hacer, en agotar todas las posibilidades que tienes a tu alcance para lograr lo que deseas.
Nunca vemos fotos de novios infelices porque el presente siempre puede dejar de ser imperfecto, si lo conjugas correctamente. Ninguna razón es impedimento para que seas feliz, de manera natural o sintética. No pierdas el tiempo enumerando todo lo que no se dio: inviértelo dándote cuenta de todo lo que sí lograste.
Si la vida no te permite colmar tus expectativas, recuerda: ¡cambia tu perspectiva, disfruta lo que tienes y siente orgullo por lo que has logrado!
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