El mundo que experimentamos es el que creamos para nosotros mismos, momento tras momento. Nos aferramos a la mente y sus interminables proyecciones mentales creyendo que lo que experimentamos es lo que somos, pero en realidad, somos siempre el experimentador, no la experiencia.
Todo en nuestra mente aparece y desaparece pero a lo que damos poder se convierte en nuestra realidad. Aprende a dar un paso atrás del funcionamiento de la mente y saborea la realidad. No eres tu mente, así que no te quedes atrapado en las cosas que por su propia naturaleza ya se están alejando.
Cuando le damos poder al sufrimiento y a la infelicidad, nuestro mundo se convierte en un mundo de sufrimiento e infelicidad. Cuando potenciamos el equilibrio y la tranquilidad, equilibrio y tranquilidad se convierten en nuestra realidad.
Aunque a menudo nos sintamos como una pelota en una máquina de pin ball, siendo golpeados violentamente por muchas cosas más allá de nuestro control, realmente la calidad de nuestra experiencia de vida viene de nuestra mente y nuestra relación con ella. Recuerda, cómo experimentas este momento es personal y sólo depende de ti, así que potencia algo hermoso, algo digno,algo alegre.
Michael Kewey