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| La importancia de NO INTERPRETAR | |
| | Autor | Mensaje |
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javi CREADOR
Desde : 15/05/2008 He aportado : 7181
| Tema: La importancia de NO INTERPRETAR Vie Nov 08 2013, 12:34 | |
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Todo lo que puedes traer a la memoria es parte del pasado, Como dice Osho:
“La mente representa al pasado que permanentemente intenta controlar tu presente y tu futuro. Es el pasado muerto que sigue controlando el presente vivo”
Tu pensamiento tiene la característica de cuestionar todo lo que percibes y luego de dicho cuestionamiento invariablemente emite un dictamen acorde a tus viejos patrones. Tu pensamiento siempre tiene algo que decir, Como cultivar una paz interior firme y duradera obsérvalo en ti, observa cualquier cosa y ve como tu pensamiento te dice algo con respecto al objeto que observas. Por favor, compruébalo en este mismo momento, te ruego que observes cualquier cosa que tengas cerca de ti y comprueba como tu pensamiento trae inmediatamente algún concepto, recuerdo o juicio en relación a la cosa observada. Ahora bien, observa también que lo que tu pensamiento te dice es inevitablemente producto de la memoria y por lo tanto no es nada nuevo, es producto del pasado. Mientras el pensamiento interpreta, no hay observación pura.
¿A que me refiero con observación pura?
Vuelve a ver el objeto que escogiste y trata de mirarlo como que si fuera la primera vez que lo miras. Míralo detalladamente, mira su color, su forma, su contorno, su textura. Por favor, vuelve a mirarlo antes de seguir leyendo. Esta nueva forma de observación es diferente a la que experimentaste la primera vez, encontrarás más detalles en eso que observas, percibirás características de las que no te percataste con anterioridad. Esto es lo que llamo observación pura. El pensamiento es como un filtro que invariablemente se coloca entre aquello que observas y tú. Si tú observas una flor y utilizas tu pensamiento, el mismo te dará inmediatamente un juicio en cuanto a la forma, el color, el entorno, etc. Pero ese juicio será sin lugar a dudas una interpretación basada en tus antiguos patrones. Eso no es observación. Por el contrario, si miras la flor sin emitir juicio alguno, simplemente observando, sin la interferencia del pensamiento, tendrá lugar la verdadera observación, llegará un momento en que no existirá el observador. El observador, que eres tú y el objeto que observas, que es la flor, se fundirán y serán uno solo, y lo único que existirá en ese momento es observación. Pero ¿Por qué es importante la observación pura? Es importante porque es precisamente de esta forma como debiéramos de observar cada instante de nuestra vida, como algo totalmente nuevo, sin que nuestro pensamiento interprete en base a prejuicios o condicionamiento alguno. Sin que nuestro pensamiento interfiera interpretando nuestro momento presente en términos de pasado o futuro.
Me gusta mucho el ejemplo con el que Eckhart Tolle en su libro “El poder del ahora” describe la relación de dependencia que tiene nuestro pensamiento con respecto al tiempo, lo cual transcribo a continuación:
“El tiempo y la mente son de hecho inseparables. Imagínese la tierra sin vida humana, habitada solo por plantas y animales. ¿Tendría todavía un pasado y un futuro? ¿Podríamos todavía hablar del tiempo de forma significativa? La pregunta ¿Qué hora es? O ¿Qué día es hoy?-si hubiera alguien para hacerla- no tendría ningún significado. El roble o el águila quedarían perplejos ante tal pregunta. “¿Qué hora?” responderían. “Bueno, es ahora, por su puesto. ¿Qué más?””
El pensamiento constituye un diálogo constante que te roba el momento presente. Si tomas en cuenta dos cosas: primero, que todo el tiempo estás pensando y segundo, que la mayoría de pensamientos discurren en términos de pasado o futuro, es decir, tu pensamiento está centrado en temas como por ejemplo algún incidente que tuviste, tu pensamiento reinventa el incidente disponiéndolo de la forma como hubieras querido que sucediera, o bien piensas en el futuro, en las cosas que quisieras hacer, en el trabajo que tienes pendiente o bien en lo que te hace falta, en esa sensación de carencia de que hablamos al principio.
Tomando en cuenta los dos aspectos anteriores, yo te pregunto ¿Crees que tu pensamiento colabora en algo en cuanto a tu paz interior? ¿O crees más bien que en ocasiones constituye un obstáculo? Pienso que con frecuencia constituye un obstáculo, a menos que tu pensamiento se encuentre totalmente inmerso en el momento presente, de manera relajada, armoniosa, incluso apasionada. Constituye un obstáculo sobre todo en los momentos en los que nuestro diálogo interno se enfoca en aspectos negativos. Es importante darse cuenta de que el momento presente es todo lo que tenemos, el momento presente es lo único que existe, el ahora es lo único con que cuentas.
Haz este sencillo experimento: pregúntate a ti mismo o a ti misma: ¿Cuál será mi próximo pensamiento? Y espera, no te enfoques en nada, pierde tu mirada en el vacío, pregúntate ¿Cuál será mi próximo pensamiento? y espera nuevamente, siente el momento, enfócate mas bien en ese tiempo de espera. Comprueba como ese momento de espera es presencia total, presencia libre de pensamiento, presencia pura y en paz. Repite este ejercicio ocasionalmente y verás que a través del mismo experimentarás esa sensación de paz y tranquilidad que conlleva la presencia total.
Para conquistar la anhelada paz interior debes tomar conciencia de que el pensamiento siempre está condicionado, es como un filtro a través del cual calificamos o juzgamos todo aquello que miramos, escuchamos o sentimos, pero es un filtro al fin de cuentas. Uno de los papeles que juega el pensamiento en tu vida, y que no puedes permitir que te controle, es esa plática estéril contigo mismo o contigo misma que no te permite vivir el presente con toda tu entrega, con todo tu amor, independientemente de lo que estés haciendo, ya sea un trabajo complejo o algo tan sencillo como disfrutar una tacita de café. Celebra la vida viviendo el presente en su totalidad tal y como lo hacen quienes practican el hasidismo.
Como dijo Osho:
“Los hasid han vivido siempre en pequeñas comunidades en que se celebra, se baila y se disfrutan los pequeños placeres de la vida. Infunden santidad a las pequeñas cosas, el comer y el beber. Todo adquiere la calidad de la oración. Las cosas ordinarias de la vida dejan de ser ordinarias y se impregnan de gracia divina”
Hay ocasiones en las cuales nos sentimos presa del estrés, la preocupación, la inseguridad o el temor. Es en estos casos en los que debemos recordar que nuestro pensamiento es solo una herramienta y como tal podemos prescindir de ella, podemos desligarnos de esa identificación constante con dicha herramienta ya que dicha identificación nos limita enormemente y nos impide vivir la paz que conlleva el momento presente.
Como mencioné anteriormente, el pensamiento es toda la información que tu cerebro ha acumulado a lo largo de tu existencia. En base a toda esta información reaccionas, actúas y tomas las diferentes decisiones que consideras necesarias para tu bienestar. La relación que has mantenido toda tu vida con tu propio pensamiento te hace sentir inconscientemente que “tú y tu pensamiento son una sola entidad”, que no puede haber separación entre tu y tu pensamiento. Has estado durante años tan identificado con tu propia mente que te debe parecer extraña y hasta ridícula la idea de que “Tú no eres tu pensamiento”, pero así es, “Tú no eres tu pensamiento”.
Te lo voy a explicar con el siguiente ejemplo: estoy seguro que en mas de alguna ocasión has estado pensando y pensando tanto en algo que te preocupa que en determinado momento te has dicho algo similar a: “ya me aburrí de mi mismo”. Si analizamos esta situación, podremos darnos cuenta de que en ese preciso momento hay dos entidades en conflicto: el “yo” que está aburrido y el “mi mismo” que con su parloteo causó el aburrimiento. Tu “yo verdadero” es ese que sintió aburrimiento, tu “yo irreal”, si se puede llamar de esa forma, es esa plática constante generada por tu pensamiento. En otras palabras, tu “yo verdadero” es ese centro de control que está dentro de ti que puede decidir en qué pensar; que puede definir el patrón de pensamientos que te conviene tener.
Otra forma cómo podemos evidenciar nuestro condicionamiento es con el siguiente ejemplo: ¿Recuerdas en algún momento de tu vida haberte enfermado por consumir algún alimento determinado? ¿Recuerdas la sensación de nausea y los malestares que este alimento te causó? Si ya tuviste esa experiencia, es muy probable que también algún tiempo después hayas experimentado los mismos síntomas con el solo hecho de ver, oler o pensar en ese tipo de alimento nuevamente. Es obvio que el simple hecho de ver u oler el alimento no puede enfermarte como tal, ya que no estás teniendo contacto directo con el mismo y sin embargo, experimentas físicamente la mismas molestias que experimentaste aquella vez. Esto se debe a que tu inconsciente fue condicionado por una mala experiencia previa y te está trayendo a la memoria las sensaciones experimentadas con anterioridad en un intento para que dicha experiencia no se vuelva a repetir. De igual forma, las experiencias dolorosas almacenadas en tu mente son el factor condicionante desde el cual se generan tus miedos, angustias, pensamientos negativos e inseguridades.
En resumen, tu pensamiento es un instrumento condicionado y por lo tanto puede ser objeto de evaluación por parte de ti mismo o ti misma. Debes aprender a identificar las ocasiones en que es bueno dejarte llevar y fluir armoniosamente con tu pensamiento y cuando no lo es, cuando es bueno utilizar tu pensamiento y cuando no. Recuerda que el pensamiento es una herramienta de la cual debes hacer uso solo cuando la necesites; mientras no la necesites, puedes dejarla a un lado para vivir el presente, cada momento, cada minuto, cada segundo, al máximo, pues, como mencioné con anterioridad, el presente es lo único con que cuentas. El secreto es estar presente de forma total cual si fueras un espejo. El espejo no tiene elección alguna, el espejo solo refleja lo que está frente a él, ya sea bello u horrible, claro u oscuro, refleja sin emitir juicio alguno. Solo tienes que poner atención al momento presente, o mejor dicho, solo tienes que entender y experimentar lo que significa el hecho de estar realmente atento o atenta, realmente presente, lo cual no quiere decir, basado en lo que acabamos de decir, que decidas dejar de emitir, cuando aplique, tus propios juicios o elecciones.
No se trata de que decidas dejar de opinar o elegir pues, de ser así, si dices: “A partir de hoy ya no voy a elegir” “A partir de hoy ya no voy a emitir juicio alguno”, esta decisión sería de nuevo una elección. Solo trata de saborear ese estado de presencia total libre de todo juicio y al entender de que se trata, sabrás cuando utilizar tu pensamiento, sabrás cuando identificarte con él.
Como cultivar una paz interior firme y duradera Sergio Castillo
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| | | LyK_ maestr@
Desde : 15/05/2013 He aportado : 1876
| Tema: Re: La importancia de NO INTERPRETAR Lun Nov 11 2013, 09:04 | |
| Un post genial Javi,
Yo tengo más que claro que muchas veces mi pensamiento me limita más que me impulsa, me pone todo más difícil, actua como un enemigo de mi misma. Al menos he aprendido a darme cuenta de ello y me hablo a mi misma aplacando ese "monstruo interior" que me juzga y machaca continuamente y lo convierto en mi amigo, me hablo a mi msima, me digo que tengo que querereme y ayudarme, no ponerme zancadillas porque ya de por si la vida es lo suficientemente complicada para tener el enemigo dentro de ti. En mi caso tengo claro que mi pensamiento es hiperactivo y peligrosos y tengo que domarlo diariamente para que me ayude en la vida en vez de hundirme, y eso requiere mucho control y dedicación. Es una batalla diaria.
Me ha encantado eso que dices de mirar las cosas por primera vez, observar de verdad, sin enjuiciar, sólo mirar. Me recuerda a la esencia de la meditación: ver pasar tus pensamientos sin sumergirte en ellos, sin analizarlos, solo observarlos desde fuera...
Siempre aprendiendo con la ayuda de Javi!! Viva el amor!!! | |
| | | | La importancia de NO INTERPRETAR | |
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