A veces, el camino del exceso abre la puerta de la sabiduría. Química de vanguardia y sabiduría popular se combinan para sintetizar esta llave. Drogas para entrar al paraíso del éxtasis.
El hombre siempre ha buscado el placer sexual como una comunión con el universo que lo rodea.
En ocasiones consumir drogas puede ser casi como tener sexo contigo misma, ya que el sexo a veces puede ser una droga. No es recomendable usar drogas para conseguir, manipular o acentuar una experiencia sexual. Pues el la relación sexual ya debería ser lo suficientemente estimulante para llevarte al éxtasis.
Antes que un intento con un estímulo químico, te recomendamos las técnicas ancestrales del tantra o yoga.
Algunas costumbres y usos posmodernos en la búsqueda del éxtasis, aluden a las drogas, que pueden utilizarse a voluntad y conciencia para sentir hiperestesia sexual.
La marihuana es la droga más usada a la hora de tener sexo. O mejor dicho el hachis, un derivado de la cannabis, debido a su linaje que es más relevante como potenciador sexual a la hora de.
Una de las cualidades de la esta droga, es su cualidad sensorial, por eso, en general las personas la eligen a la hora de tener sexo, por cómo hace sentir cosas por alguien o algo en particular. Y a pesar de que sea una sustancia maleable, debe saber llevarse en el sexo.
La cocaína se asocia al sexo porque en general crea la sensación de vitalidad mental y física, además de incrementar ilusoriamente la confianza. Por otra parte, la cocaína puede ser un juguete sexual fácil de llevar a la cama e ir inhalando líneas de diversas curvas del cuerpo, así áreas donde se aplicará la sustancia se dormirán y se podrá tener una velada de sexo rudo, llevándolo a cabo salvajemente. Incluso hay hombres que consiguen tener una erección más duradera de lo normal, pero a veces sin llegar al orgasmo, cosa frustrante que puede detonar el sado masoquismo.
El Viagra y Éxtasis (juntos). Esta combinación se conoce como “séxtasis” y lo más probable es que sea el más efectivo de los cócteles, asegurando un desempeño épico en el hombre. Eso sí que las dos tienen el efecto secundario de ver azul, a veces un vago destello de luz azul o incluso una realidad teñida como los “Pitufos”.
La sustancia que permite conectarse con mayor facilidad con otra persona es el éxtasis, que en realidad es como una empatía encapsulada, conocida también por llamarse “la droga del amor”, viajar en el infinito del cuerpo y en la textura del tacto.
Esta mezcla es comúnmente utilizada para sesiones de sexo con más de una persona a la vez o para maratónicas jornadas con una sola.
Como efectos adversos y contraindicaciones, hay que decir que el éxtasis dificulta la erección y el Viagra retarda el momento del espasmo.
Por último, aunque bastante obvio, no está de más decir que este combo prosexual evidentemente, en el tren del extásis galopante directo al corazón, es bastante peligroso y no son pocas las muertes que ha causado.
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