En una sociedad en la que se habla tanto sobre el culto al cuerpo y en donde muchas personas viven obsesionadas con aparentar menos edad, el espíritu se muestra cómo esa realidad verdaderamente auténtica en relación con la felicidad. Mientras que el cuerpo no puede escapar al factor tiempo, por el contrario, existen personas de ochenta años que tienen una fuerza, una ilusión y una jovialidad que parece eterna. Del mismo modo, existen personas jóvenes envejecidas a nivel anímico porque no tienen ilusiones.
Cómo alimentar tu alegría interior
Para alimentar tu alegría interior tienes que comenzar por algo tan sencillo como hacer que tu vida sea agradable llevando a cabo actividades que de verdad te apetece hacer. No pongas excusas por falta de tiempo como consecuencia del trabajo y haz hueco en tu agenda para realizar tus aficiones. Cuanto más hueco hagas en tu vida para esas actividades de disfrute personal, mejor te sentirás contigo mismo.
Cultiva tu alegría interior a través de las compañías que te rodean. No se trata de evitar a esas personas que están en un momento de tristeza sino de cuidar de ti y no dejarte arrastrar por ese impulso externo porque puedes apoyar mejor a una persona que pasa por una mala racha si tú estás fuerte a nivel anímico. Comparte más tiempo con esas personas alegres y vitalistas que te reportan bienestar.
Haz algo diferente en tu vida
Así como existe el síndrome del quemado en el trabajo, la rutina también puede producir esta sensación en la vida de cualquier persona. La rutina hecha norma se traduce en ausencia completa de novedades. Por tanto, busca una forma de integrar la sorpresa en tu vida ya sea a través de una actividad, llevando a cabo una iniciativa distinta o cualquier plan que se te ocurra.
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