En general, siempre que hablamos de
autoestima, pensamos directamente en nosotros mismos. Está claro que se trata de un término que remite al autoconcepto que cada persona tiene de sí misma. Sin embargo, dentro de la vertiente social de un ser humano, cualquier persona puede alimentar la autoestima de los demás a través de ciertas actitudes que son
positivas.
La autoestima es una forma de
amor, por ello, en la medida que quieres a aquellos que te rodean también ayudas a que se sientan mucho mejor consigo mismos. Por ejemplo, puede que tu vida esté marcada por la influencia que algunas personas han ejercido en ti de una forma importante. Puede que gracias al cariño de un amigo fueses más consciente de tu valor. Por tanto, a la hora de alimentar la autoestima de los demás debes hacer elogios que sean sinceros. Es decir, de nada sirve hacer un
cumplido artificial. Por otra parte, debes ser generoso a la hora de reconocer los méritos de los demás, por ello, felicita siempre a aquellos que quieres ante un premio o un triunfo.
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tiempo con las personas también ayuda a que tomen conciencia de su importancia. Por ello, si de verdad aprecias a alguien, no tengas tanta prisa cuando estás a su lado. Deja de mirar el reloj para centrarte en la persona que tienes en frente. Existen palabras que suelen ser muy positivas para alimentar la autoestima ajena. Decir
gracias.
Por ejemplo: “Gracias por formar parte de mi
vida”, “me alegro de que seas mi amigo”, “es una suerte haberte conocido”. ¿Cómo puedes saber qué alimenta la autoestima de aquellos que te rodean? Sencillamente, analizando qué es lo que a ti te hace sentir bien en primera persona cuando lo recibes y evitando todo aquello que te hace sentir mal.
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