De modo que esto es la nada siendo todas las cosas. Esto es ser. Todo lo que hay es el ser. Y en ese ser, en esa totalidad, surge la separación.
En esta apariencia, los seres humanos son la única cosa que es auto-consciente. La auto-conciencia es exclusivamente humana. Es el sueño. El ser surge y sueña que está separado de sí mismo, y después pasa mucho tiempo buscando por doquier eso que está por todas partes.
De modo que ser es todo lo que hay; la auto-conciencia es lo que surge, y el descubrimiento de que sólo hay ser no tiene nada que ver con el buscador. De modo que esto —lo que estamos comunicando aqui— no tiene nada que ver contigo ni conmigo. Yo no tengo algo que tú no tengas. El ser no puede ser conocido.
Cuando eres un niño muy pequeño, sólo hay puro ser. Sólo ser. Y aunque el niño llora y parece hambriento, es el ser; es la expresión del ser llorando, diciendo que hay hambre. Y después viene un momento en la vida de ese niño en el que se produce la separación, cuando la madre le dice al niño: Tú eres Bill o Mary, y en alguna parte, energéticamente, surge la sensación de ser una persona separada. De repente, por primera vez hay una energía que se contrae hacia esa sensación de separación, y en el cuerpo se produce la sensación de que la piel es tu límite, de que vives dentro de esa frontera, y de que todo lo demás que ocurre, ocurre fuera de ti.
De modo que la vida te está ocurriendo a ti, y en el momento en que comienza la separación, en el momento en que comienza, también comienza la búsqueda, porque la sensación de separación conlleva una sensación de miedo, inadecuación y pérdida. Lo he perdido todo. ¿Qué es? ¿Qué he perdido? ¿Por qué lo he perdido? ¿Por qué me ha ocurrido esto? De modo que la búsqueda se produce a partir de ese momento, y el buscador sólo puede vivir en la búsqueda. Durante todo el tiempo en que hay separación, sólo puede haber búsqueda de la no-separación..., por la necesidad de volver a casa. Hasta que tu vida esté perdida, siempre te preguntarás por qué.
Crecemos en este mundo de separación y nos encontramos con otras personas que están viviendo en este mundo de separación, y todos están de acuerdo en que éste es un mundo separado. Eres un individuo, y o bien tienes que hacer que tu vida funcione, o no. Ésta es la lección simple y básica que se aprende cuando se está separado. Y esa idea de hacer que tu vida funcione; la idea de conseguir cosas —de conseguir amor, de conseguir dinero, de conseguir poder, de conseguir lo que sea— en realidad es el anhelo de volver a casa. Todo deseo refleja el anhelo de volver a casa.
Todo el mundo está buscando. Y la dificultad es que crecemos y creemos que somos individuos, y probablemente creemos que tenemos una mente que comprende, y entonces pensamos que el modo de llenar esta sensación de pérdida es intentar entender por qué hay una sensación de pérdida y hacer algo al respecto, y eso es la ignorancia. Ésa es la dificultad. El problema de la búsqueda es que la búsqueda alimenta la separación. La búsqueda da energía a la separación. De modo que cada vez que intentamos encontrar la plenitud, seguimos siendo el individuo separado intentando encontrar la plenitud. Creemos que podemos conseguir la plenitud. Creernos que nos va a ocurrir. Me voy a iluminar o podría iluminarme. He oído que puedo iluminarme porque he conocido a personas que dicen que están iluminadas y que hicieron A, B y C. Ellos meditaron, o auto-indagaron, o hicieron algo. De modo que puedo conseguir la iluminación . Pero no existe tal cosa como una persona iluminada. Ninguna persona de esta habitación se iluminará jamás. La idea de la iluminación personal es la ignorancia fundamental que lleva a la gente a seguir adelante con la búsqueda.
La sensación de separación está en la raíz de la búsqueda. Y aunque nuestra vida pueda funcionar durante algún tiempo, por debajo hay una desesperación callada y un impulso de volver a encontrar la unidad. De modo que intentamos iluminarnos con más y más ahínco, pero nunca nos iluminaremos, porque estamos basándonos en un error fundamental.
El despertar —lo que yo llamo el despertar— es despertar del sueño, y el sueño es el sueño de ser un individuo separado. Es un sueño hipnótico y muy poderoso. Si caminas por la calle Hampstead y preguntas a la gente, te dirán: Sí, yo soy un individuo. Tengo elección y puedo hacer cosas. Eso es el sueño. Y durante todo el tiempo en que se está produciendo el sueño, en cierto sentido estás en una rueda de molino. Eres como un perro persiguiendo su propia cola. Y una de las principales dificultades es que el buscador no tiene ni idea de cómo es la unidad, y por eso está en un estado de anticipación constante.
El despertar es un acontecimiento energético. Es un cambio energético por el que se sale de la contracción y se va a lo ilimitado. La liberación trae consigo la comprensión de que lo único que hay es todas las cosas. Todo lo que hay es el ser. Todo lo que hay es vivacidad. La vivacidad es ser, y todo lo que hay en esta habitación ahora mismo es vivacidad. Las cosas están ocurriendo. La puerta suena cuando entra alguien. Estar sentado en una silla está ocurriendo... Oír una voz, ver a este hombre mover sus brazos.... eso es lo que está ocurriendo. Es la vida ocurriendo. Esto es ser. Esto es el ser siendo un micrófono (microfoneando), esto es el ser siendo una silla, esto es el ser estando vivo.
Cualquier cosa que creas que te está ocurriendo ahora mismo no te está ocurriendo a ti, simplemente está ocurriendo. La vida simplemente ocurre.
Todo lo que hay es ser. Nadie puede enseñarte esto. Esto no es una enseñanza. Yo no puedo enseñarte a sentarte en una silla. No puedo enseñarte a respirar. No puedo enseñar a nadie a ser, porque ser ya es lo único que hay. Simplemente se trata de salir de la percepción estoy separado de lo que está ocurriendo y pasar a sólo hay lo que está ocurriendo. Absolutamente simple.
Cuando esto parece ocurrir, la gente viene y dice: El amante perfectamente constante siempre estuvo allí. La vida, el ser. Y lo extraño es que no puedo contar cómo es esto a nadie más, porque no puede ser conocido. Lo que esto es ni siquiera te lo puedo contar a ti, Tony.
De modo que podemos hablar y compartir Ideas, y en cierta medida eso es la parte superficial de esto. Pero energéticamente, hay una sensación de algo que está más allá de las palabras. Tal vez podría describirlo como la sensación de que hay vacío. Sólo vacío. Sólo hay espacio ahí fuera. Ahí no hay nadie. No hay nadie. Sólo hay espacio en el que ocurren cosas. Y toda la idea de que tenías una vida, y de que tienes una vida, y de que tendrás una vida, simplemente se cae. Toda la idea del karma, de causa y efecto, de acción, de hacer, de caminos, simplemente colapsa. Este mensaje lo pone todo cabeza abajo.
Fuente: Tony Parsons. La Nada que lo es Todo (Gaia Ediciones, Madrid 2009)