¿Te has dado cuenta de que cuando estamos inmersos en trabajar por una meta que realmente nos apasiona la mayoría de nuestras preocupaciones parecen desvanecerse?
Nuestra mente tiende a enfocar en las cosas que nos preocupan cuando no tiene algo más importante que hacer. Las personas más felices que conozco suele decir cosas como: “No tengo tiempo para preocuparme”. Y es cierto, están tan ocupadas persiguiendo sus objetivos y sus pasiones que no permiten a su mente que se centre en aquellas cosas que podrían situarlos en un estado de preocupación.
Y como en la mayoría de los casos nuestras preocupaciones son cosas que jamás terminan por suceder, esos miedos anticipados terminan por desvanecerse.
Crea una buena lista de objetivos. Apasiónate con ellos. Toma acción masiva en pos de su consecución… y deja de una vez por todas de preocuparte por tantas cosas. Lo que pueda ser solucionado, soluciónalo. Y lo que no dependa de ti, ni tan siquiera merece la pena que le dediques un solo segundo. No solucionarás nada pensando en ello, y todo lo que conseguirás es afectar negativamente tu estado emocional.
Ocúpate en lo que te apasiona… y conseguirás pulverizar en muy buena medida gran parte de tus preocupaciones.
© 2013 José María Vicedo –
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