Osho introdujo por primera vez la no-mente como parte de sus discursos de la tarde sobre Zen. Más tarde se convirtió en un proceso de grupo de siete días de duración. Aquí hay un extracto del discurso en que, por primera vez, Osho introdujo esta meditación.
Implementando Giberish
La primera parte es “gibberish.” La palabra “giberish” proviene de un místico sufí, Jabbar. Jabbar nunca habló lenguaje alguno, solamente decía cosas incoherentes. Aun así tuvo miles de discípulos porque lo que él estaba diciendo era, “Tu mente no es nada más que giberish. Déjala a un lado y tendrás un vislumbre de tu propio ser.”
Para emplear el giberish no digas nada que tenga sentido, no emplees el lenguaje que conoces. Emplea el chino, si desconoces el chino. Usa el japonés, si no sabes japonés.
No utilices alemán si sabes alemán. Por primera vez permítete cierta libertad, la misma que tienen los pájaros. Simplemente deja que cualquier cosa llegue a tu mente sin preocuparte sobre su racionalidad, su lógica, su significado, su sentido, de la misma forma que hacen los pájaros. Durante la primera parte deja el lenguaje y la mente de lado.
De aquí nacerá la segunda parte, un gran silencio en el cual habrás de cerrar tus ojos e inmovilizar tu cuerpo, todos sus movimientos, acumular toda tu energía en tu interior. Mantente aquí y ahora.
En la tercera parte te diré, “Déjate ir”. Entonces relaja tu cuerpo y déjalo caer sin esfuerzo, sin que tu mente controle. Cáete como un saco de arroz. Cada una de las partes comenzará con un golpe de tambor…
Al igual que la Meditación Dinámica, el Giberish es una técnica profundamente catártica. O bien sólo, o bien en un grupo, cierra tus ojos y empieza a emitir sonidos sin ningún sentido. Durante quince minutos sumérgete completamente en el giberish. Permite expresar todo aquello que necesite, en ti, ser expresado. Expúlsalo todo.
La mente piensa siempre en términos de palabras. El giberish ayuda a romper esta pauta de verbalización continua. Sin reprimir tus pensamientos, puedes expulsarlos con el giberish. Deja que tu cuerpo también se exprese.
Luego, durante quince minutos, túmbate sobre tu estómago y siente tu fusión con la madre Tierra. Con cada exhalación, siente como te fundes con el suelo debajo de ti.
Si se hace en el exterior, existe una ligera variación. Más que cerrar tus ojos, déjalos abiertos y expulsa tu giberish hacia el cielo. No te focalices sobre nada. Simplemente mira profundamente al cielo y expulsa todo lo que haya en tu interior.
Empieza estando sentado, pero luego, si quieres levantarte o tumbarte o moverte, deja a tu cuerpo que lo haga.
En la segunda parte de quince minutos, siéntate o túmbate de espaldas y mira al cielo. Siente como si te estuvieras fundiendo con el cielo.
Osho, Live Zen