También se podrían llamar Ciclos de Evolución del Espíritu , que se llevan a cabo mediante varias reencarnaciones del mismo.
Se trata de series de encarnaciones sucesivas, en un número concreto y limitado,de modo particular para cada espíritu. Estas series de reencarnaciones individualmente programadas, lo son con el objetivo de conquistar y superar unas metas de evolución y progreso espiritual durante las mismas.
Por ejemplo, si la meta a lograr fuese vencer el defecto moral del orgullo que nos impide evolucionar, tal vez el modo de lograrlo sería programando una serie de existencias en donde alternativamente se experimente la pobreza y la riqueza, o bien experimentando otras circunstancias que den ocasión de superar ese defecto y de conquistar la virtud que se le opone, como lo es la humildad.
Estos ciclos evolutivos que nos otorga la ley del Amor contienen cada uno de ellos, un número variable de vidas humanas, y cuando este número prefijado de existencias materiales se sobrepasa sin haber alcanzado los objetivos y las metas comprometidas para ese ciclo de reencarnaciones, el dolor experimentado ante el fracaso y la falta de conquista de esas metas previstas, reconduce al espíritu a intentar nuevamente su conquista mediante algunas reencarnaciones más, pero en condiciones más duras o difíciles, como expiación por las vidas desperdiciadas, de modo que le lleven a querer sobreponerse del estancamiento y salir de los estados de dolor que suponen estas vidas difíciles y duras, recuperando las oportunidades perdidas.
Una vez conquistadas las metas fijadas dentro de un mismo ciclo evolutivo, desde el plano espiritual se programa otro nuevo ciclo y se fijan otras nuevas metas para un ascenso evolutivo cada vez menos costoso para el ser espiritual, debido a los valores y fuerzas ya conquistados anteriormente.
Todas las existencias humanas que forman cada ciclo de reencarnación, suelen ser programadas bajo el mismo sexo, con el fin de dejar bien grabadas en el Ser las características de lo adquirido en ese ciclo como hombre o como mujer, para después en otro nuevo ciclo siguiente de reencarnaciones, cambiar de objetivos y por tanto a veces también de sexo.
El principal objetivo a que conducen los ciclos de reencarnación con las existencias humanas, es el de comprender mejor a Dios y aprender a amarlo en todos los seres de la Naturaleza, superando y venciendo los defectos espirituales que nos lo impiden.
- Jose Luis Martín-
“ Todo lo que comienza tiene fin y todo lo que tiene fin, recomienza”
- Pietro Ubaldi-
El hombre superior busca en él mismo todo lo que quiere; el hombre inferior lo busca en los demás. Confucio