Te acuestas boca arriba, cierras los ojos y dejas que tus pensamientos fluyan a su antojo. Para tomar una terapia de Reiki no tienes que pensar, meditar, rezar o concentrarte. Tampoco tienes que pertenecer a alguna religión o practicar yoga.
Como para despejar ciertos mitos comunes, así lo explica Eddie Rodríguez Rivera, facilitador de esta técnica de relajación milenaria originada en Japón y utilizada hoy en diferentes puntos del globo como una de las tantas alternativas de la medicina natural.
“El cuerpo humano genera energía. La salud del ser humano depende en gran medida del flujo adecuado de esa energía”, señala Rodríguez al apuntar que cuando los espacios de armonía se vuelven escasos a causa del estrés y las presiones cotidianas, surgen bloqueos o estancamientos energéticos que obstaculizan el bienestar.
El estilo de vida que mantiene la mayoría de las personas -plagado de prisa, problemas económicos, familiares y sociales- es el principal verdugo de ese balance energético ideal. El reiki busca rescatarlo.
El término reiki proviene del idioma japonés viene de la combinación de ‘rei’, que significa espíritu o misterio y ‘ki’, que se traduce a energía o energía vital universal.
Durante una terapia el facilitador busca ayudar a las personas a recobrar la sintonía con la energía vital que le rodea.
La terapia se ofrece sobre una camilla, con la ropa puesta. El facilitador coloca las manos abiertas sobre el cuerpo, guardando una distancia de algunas pulgadas. A veces, realiza toques sutiles, según lo entienda necesario. Usualmente, la terapia se realiza mientras la persona escucha música relajante. Una sesión puede extenderse de 45 minutos a una hora, aunque también pueden realizarse en períodos más cortos.
Tras experimentar la terapia las personas pueden sentir alivio en distintos niveles: físico, emocional, mental o emocional, precisa Rodríguez.
“A la mayoría de la gente le gusta estar relax, tranquilo. El reiki promueve esa contentura, esa alegría que al ser humano no le llega tan fácil con tan solo tener lo obvio. El ser humano siempre está buscando el sentido de la vida. El reiki también promueve eso”, señala.
El uso de la terapia se ha ampliado con el paso de los años al campo de la psicología y como complemento del cuidado médico tradicional.
La psicóloga clínica Nieves Stuart, es una de las profesionales de la conducta que practica la terapia con algunos de sus pacientes.
“Todo lo que existe y ha sido creado es energía. Nuestros pensamientos, emociones y sentimientos son energía. Estamos inmersos en una piscina energética que fluctúa desde las vibraciones más densas o de frecuencia más baja a las frecuencias sutiles más altas”, establece la doctora.
Define la energía con la cual trabaja la técnica como una forma espontánea y natural para sanar cuerpos y mentes.
Durante la última década muchos hospitales alrededor del mundo han comenzado a experimentar con la técnica tras hallar que redunda en beneficios para pacientes enfermos.
En Estados Unidos, el Columbia/HCA Portsmouth Regional Hospital ofrece desde finales de los años 90 la opción de sesiones cortas de reiki para pacientes intervenidos quirúrgicamente. La institución ha reportado que a raíz del uso de la técnica éstos han experimentado menos dolor, uso de medicamentos y tiempo de hospitalización.
http://metodoreiki.salud.es/bienestar-fisico-mental-y-emocional-a-traves-del-reiki