Orgasmos masculinos, orgasmos femeninos. Siempre se ha intentado diferenciar entre uno y otro. Es más, se ha querido etiquetar los tipos de orgasmos, pero ninguna de las dos premisas son del todo ciertas. En primer lugar, debe de quedar claro que solo existe un tipo de orgasmo porque se trata de “la respuesta neurovegetativa del organismo ante los estímulos provocados en la fase de excitación de la respuesta sexual humana”, afirma Ana L. Talavera, sexóloga granadina. Las caricias, los besos, incluso los mordiscos y susurros van encaminados hacia esa culminación del placer caracterizado por la rigidez corporal, espasmos y contracciones musculares, hiperventilación, sudoración, movimientos pélvicos y estremecimientos que ponen a flor de piel.
La otra creencia reside en que el clímax solo se puede alcanzar a través del coito o de la estimulación genital, puesto que “parte del centro neurovegetativo se encuentra en la médula sacrolumbrar, es decir, en la parte baja de la espalda”, dice L. Talavera. Tanto el clítoris y la entrada de la vagina, como el pene son las zonas de nuestro cuerpo más sensibles y las que más terminaciones nerviosas poseen. Por eso resulta la forma más común de alcanzar el orgasmo.
Para provocarlo es necesaria la estimulación y existen diferentes maneras en las que no intervienen los genitales. En el caso de las mujeres, sus pechos son una gran fuente de excitación y placer sin límites con el que pueden alcanzar el orgasmo tocando con los dedos, con la boca, a través de caricias suaves o un poquito más fuertes. Al igual que los hombres pueden lograrlo acariciando alguna parte de su cuerpo como agarrar la espalda suave y con energía, así como prestando especial atención a la nuca, el cuello y las orejas, tres zonas que con mordiscos, susurros y caricias pasionales les derretirán.
En este último caso, el de los hombres, habría que diferenciar entre eyaculación y orgasmo, porque puede tener una eyaculación sin orgasmo; o, por el contrario, un orgasmo sin eyaculación. Ana L. cuenta que lo más común es que “cuando se desencadena el orgasmo el esfínter uretral se abre y el semen sale hacia el exterior en forma de borbotones según el número de contracciones que ocurran”. Sin embargo, cuando se abre “el esfínter urinario, el semen se vierte dentro de la vejiga y, posteriormente, sale mezclado con la orina en la primera micción”. Esta forma se denominada eyaculación retrógrada que o bien sucede de forma involuntaria “como efecto secundario de alguna enfermedad, como la diabetes”. O bien que hayan aprendido a realizarlo de manera voluntaria, “que ha sido la práctica habitual y milenaria en ciertas culturas orientales, como ocurre con el sexo tántrico”, explica la sexóloga.
De las mujeres les sonará que existen dos tipos de orgasmos: el clitoriano y vaginal. “Falso”, sentencia L. Talavera. Resulta un mito muy extendido “por culpa de Freud, quien consideraba que una mujer alcanzaba la madurez sexual si tenía orgasmos vaginales, pero si lo conseguía mediante la estimulación del clítoris, para él resultaba sexualmente inmadura, neurótica y por tanto necesitaba someterse a tratamiento para aprender a transferir sus sensaciones eróticas del clítoris a la vagina”. Recuerden que el primer vibrador eléctrico se inventó para tratar la histeria de las mujeres.
Por fortuna para las mujeres, en las investigaciones sobre la sexualidad femenina el clítoris comienza a tomar protagonismo, demostrando que este órgano es único destinado para proporcionar placer al género femenino. “Un botoncito que nos hacer ver fuegos artificiales y retorcernos del gusto, ya sea con la masturbación, el sexo oral, o con los roces”, afirma la sexóloga. A través del clítoris las mujeres alcanzan el clímax con posturas que lo facilitan como ella colocándose encima del chico, ya que con los movimientos pélvicos marca el ritmo y “la presión necesaria para desencadenar el orgasmo”.
Para que quede claro que el orgasmo vaginal es un falso mito y deje de preocupar a aquellas que piensan que algo anda mal si no lo alcanzan, explica Ana L. que de ser cierto “el parto sería la experiencia más horrible, dolorosa, desagradable y traumática por la que una mujer podría pasar a lo largo de su vida” dada la gran cantidad de terminaciones nerviosas en su interior. El área más sensible al placer en la vagina son los primeros centímetros.
Otras zonas proclives al orgasmo en las mujeres
Punto U. Se trata de la uretra, que se encuentra cerca del clítoris y puede ser estimulado con dedos o también a través del sexo oral.
Punto K. Se encuentra a ambos lados del clítoris, se trata de una zona bastante olvidada y muchas veces no reconocida por las propias mujeres, pero que a través de su estimulación se puede lograr el éxtasis.
El ano. Aunque resulte violento, lo cierto es que cada vez hay más mujeres que experimentan el sexo anal alcanzan el orgasmo a través de él. Lo importante es tener una buena estimulación previa que puede ser ayudada con lubricantes eróticos. Los hombres también pueden llegar al clímax en esta zona puesto que su Punto G se encuentra en la próstata, lugar al que solamente se puede acceder por el ano.
Sea como fuere lo importante es que todos los orgasmos valen porque al final todo está en la mente, en la imaginación, en saber jugar con tu pareja sexual conociendo los gustos de ambos. “No hay que hacer distinciones entre cuál es la mejor o peor manera, porque lo importante es disfrutar”. Y recuerden, no dejen de explorar.
http://granadablogs.com/puntog/2012/10/17/existen-diferentes-tipos-de-orgasmos/