Cuando les preguntan a los hombres si durante el último encuentro sexual que tuvieron su pareja femenina tuvo un orgasmo, el 85% dicen que SI. Sin embargo, solo el 64% de las mujeres dicen que tuvieron un orgasmo durante su última relación sexual. De esto podemos deducir dos cosas:
Las mujeres siguen fingiendo orgasmos
Aunque los hombres creen que saben cuando su pareja tuvo un orgasmo, en verdad no saben.
¿Porqué fingir?
Las mujeres sienten una gran presión por hacerles sentir bien a sus parejas e intuyen que el orgasmo es el “trofeo” que sus parejas están esperando de ellas.
Demasiada penetración es dolorosa: Como con cualquier superficie que se roce constantemente, las paredes vaginales se recienten cuando la penetración se alarga mucho tiempo. Si la mujer sabe que su pareja no se detendrá hasta que ella consiga un orgasmo y la sensación se ha vuelto dolorosa, se puede sentir impulsada a fingir.
Saben que no llegaran: Para tener un orgasmo las mujeres necesitan concentrarse y hacer algún esfuerzo. A veces, la mujer puede percibir que no lo logrará, no sabe llegar o no tiene deseos de tener un orgasmo (aunque sí de tener la experiencia de cercanía que da hacer el amor). Sin embargo, si en mi vida sexual existe el mandato que mientras no se dé el orgasmo femenino la relación sexual no ha logrado su meta, entonces la mujer finge para liberarse a ella misma y a su pareja de la obligatoriedad de su orgasmo.
Siente que se está tardando demasiado: Cuando se tienen ideas preconcebidas de “lo que debo tardarme en llegar al orgasmo” algunas mujeres pueden sentirse presionadas por apresurar el resultado, aunque sea fingiéndolo.
¿Por qué deberíamos evitar fingir un orgasmo?
Da información equivocada a nuestra pareja: en la vida sexual también se aprende. Mientras se explora al amante se va conociendo lo que le gusta, que toques o movidas tiene éxito y cuáles no. Al fingir estamos condenándonos a la insatisfacción porque entonces el amante aprende algo que no sirve para el fin de ambos: el placer compartido.
La otra persona, puede sentirse traicionada cuando lo sepa y eso puede estropear la comunicación y la confianza dentro de la relación sexual, una de los escenarios donde nos sentimos más vulnerables y frágiles.
Después es difícil dejarlo de hacer, porque ya la otra persona está esperando una cosa. En este caso, las mentiras generalmente se alimentan y nos empujan a más mentiras.
No aprendo a buscar mi placer: Por no incomodar a otro, nos condenamos al no disfrute. Si finjo un orgasmo que nunca he tenido, ¿Cuándo voy a aprender a tenerlo?
Si ya lo hice, ¿cómo dejar de hacerlo?
Lo importante es reconocer porque empecé a hacerlo en primer lugar y trabajar en la creencia que está generando y sosteniendo eso que estoy haciendo. Preguntarme:
¿Creo que tengo que hacer multiorgásmica como dice ser la vecina?
¿Estoy teniendo sexo para complacer a otros?
¿No sé tener un orgasmo?
¿Estoy ofreciendo mi placer como trofeo para el ego de mi pareja?
¿Me estoy presionada a tener un orgasmo nomás me tocan como veo que sucede en las películas?
Una vez identificada la raíz de mi comportamiento, puedo identificar las consecuencias negativas que me trae lo que estoy haciendo y convencerme de dejarlo de hacer, de manera gradual y siempre considerada con la otra persona, la engañada.
http://www.tusexosentido.com/2013/04/22/los-orgasmos-fingidos/