El primer objeto de amor y deseo que se presenta en la infancia son los padres. Esto lo vemos claramente cuando escuchamos decir a niños frases como: “Mamá, cuando sea mayor me casaré contigo” o “¿Verdad que soy tu novia, pa?” Esto es un parte totalmente normal y esperada de su desarrollo, así como también lo es que se den cuenta que no es la realidad, que deberán buscar a su pareja fuera del núcleo familiar y que mamá o papá no le pertenecen.
Alrededor de los dos años, muchos niños presentan miedos nocturnos que sólo se calman cuando los padres acceden a que duerman en su cama esa noche. Los terrores nocturnos que acontecen en los niños son una expresión de esta batalla afectiva. El deseo del niño es transformado en angustia cuando no logra satisfacerla, como sucede en el adulto. Un exceso de demostraciones de cariño físicas puede provocar que su angustia aumente aun más y es cuando estas escenas de miedos nocturnos suelen aparecer en el momento de acostar al niño o apagar la luz.
Si usted está pasando por esta odisea en casa se le recomienda:
· Disminuir las demostraciones de cariño físicas.
· Realizar la aclaración firme de que mamá es de papá y papá de mamá es decir, romper con cualquier ilusión falsa del niño de tener una relación amorosa futura con los padres.
· Sí consolar a su hijo durante los miedos y los temores nocturnos, pero sin ceder a que él duerma en la cama matrimonial ni que el tiempo de consuelo sea muy prolongado.
Lic. Cristina Kennington Westmark