En la convivencia de pareja existen momentos de fuerte enfrentamiento; situaciones dolorosas en donde los deseos y miedos, las exigencias familiares y sociales nos dejan varados en una profunda vulnerabilidad.
En ocasiones éstos sucesos no permanecen en el pasado. Sucesos, frases que aparentemente se encontraban sepultadas en el ayer surgen con una fuerza inusitada como si el tiempo no hubiera pasado: Nuestra historia revive en el día a día.
Y es que para la emoción contenida, el tiempo no pasa; aquello doloroso se mantiene presente, envolviendo ese fragmento de historia que busca aflorar. Una y otra vez se tiene la misma discusión, terminando en el mismo punto.
Para encontrar otra vía y lograr tomar una decisión, ya sea para solucionar nuestros conflictos en conjunto o de manera individual, es importante permitirse hablar al respecto. La palabra es la vía preferente en donde, de una manera controlada y protegida, podemos revivir el pasado, pues llamando a nuestros recuerdos podemos escuchar al otro y a nosotros mismos, nos permitimos integrarlos a nuestra vida, analizándolos.
Lic. Esther Solís