Cuando alguien nos enamora, nos encanta la atención que nos dedica, sus ojos, su cabello, su personalidad, su simpatía, su hombría, su sensualidad, su femineidad, todo es simplemente espectacular y estamos convencidos de que encontramos a la persona perfecta con quien queremos compartir el resto de nuestras vidas, o al menos unos cuantos años. Pero (siempre hay un pero) esos detalles que tanto adorabas en un principio comienzan a ser motivo de conflicto en la pareja. “Deberías ser menos simpática porque vas a confundir a la gente con ese comportamiento” “Creo que te maquillas demasiado y usas ropa muy ceñida” “¿Por qué siempre te tienes que hacer el macho delante de tus amigos?” “¿Otra vez vas a salir de noche?” Y esa persona que en antaño parecía haber sido un regalo divino ya no lo es tanto.
Casi todas las parejas caen en el error, de sin quererlo, empezar a desear que su pareja sea una persona distinta, que se comporte como nunca lo ha hecho, que abandone parte de su personalidad para encajar mejor en la nuestra. ¿Alguien más ve el problema en esto?
Inevitablemente las parejas caerán en la frustración, uno por desear cambiar al otro y fracasar una y otra vez, el otro por no ser capaz de encajar en los cánones que su amado insistentemente quiere imponerle. Básicamente, los dos sufren y nadie puede salir ganando de una situación así.
¿Por qué gastamos tanta energía en cambiar a alguien? Nuestra pareja no es arcilla, no podemos modelarla a nuestro antojo. Pensemos por un momento en la crueldad de este comportamiento, dices amar a alguien por quien es y luego intentas hacer todo lo que puedas para cambiarlo cada día un poco más.
Si hay un comportamiento en particular de nuestro compañero que nos hiere la solución está en hablarlo, pero no en exigirle nada. Aunque suene irónico, una persona se mostrara dispuesta a cambiar cuando encuentre en el otro una completa aceptación por quién es en realidad. Todos tenemos aspectos que mejorar y nadie mejor que nuestra alma gemela para hacernos notar pequeñas fallas, sin embargo, si decidimos cambiar debe ser por propia voluntad y no para evitar eternos conflictos.
No caigamos en la falacia de que una persona va a convertirse en exactamente lo que deseamos porque eso no ocurrirá incluso aunque alguien sacrifique su esencia para complacernos, la mentira no puede ser sostenida por demasiado tiempo sin un compromiso importante de salud psíquica por parte de quien amamos y deberíamos aceptar.
Así que ya lo saben, ustedes eligieron a su compañero por quién es, no por lo que esa persona podría llegar a ser algún día con nuestra ayuda. El respeto ante el otro es imprescindible, la aceptación hará que una pareja se una más. Nunca es tarde para reflexionar sobre este tópico y evitar estas conductas que solamente herirán a quien amas.
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