¿Cuántos de nosotros nos levantamos pensando en lo maravillosos que somos? Seamos sinceros muchos nos levantamos pensando en todo lo que tenemos que hacer durante el día.
Nos levantamos sin darnos cuenta del milagro de la vida. Nuestro corazón late, disfrutamos de nuestros sentidos, tenemos hogar y recuerden que no sólo es el hogar físico sino el que viaja con nosotros, el que nos legaron nuestros ancestros con sus pensamientos y valores.
Nos obsesionamos tanto en lo que no tenemos o no hemos logrado aún, que no nos fijamos en lo que ya tenemos. Por no darnos cuenta de lo logrado a veces nuestras cargas empiezan a volverse muy pesadas, porque ¿quién puede ser feliz pensando que nunca alcanza nada? Esa es otra de las más grandes trampas humanas, caer en el juego de la mente y la mente nunca se satisface. Siempre quiere más y más.
Las metas siempre son un estímulo, pero no podemos ser presos de ellas. Las expectativas suelen perseguirnos pero el Amor es más rápido que ellas. El Amor literalmente significa No-Muerte, el Amor es Vida, nuestro mayor propósito de estar aquí es vivir y hay que hacerlo de la mejor manera posible.
Cada quien tiene una historia única pero a veces basamos nuestra felicidad en la felicidad que vemos en el patio del vecino. Entonces si yo no tengo lo que el otro tiene y lo hace feliz a él, entonces yo no soy feliz. Vaya error. “Cada quien tiene una historia única” repito. Mi felicidad tiene que ver conmigo, solo conmigo y parte de mí y si luego la emano puedo compartirla con los otros.
Una buena manera de conectarte con tu alegría, es darte cuenta de tus dones y fortalezas. Tus fortalezas te hacen ser un ser único y diferente. Es el engranaje de fortalezas tan diversas lo que nos hace crecer como familia, comunidad, país y planeta.
Te invito a que descubras que es aquello que deseas aportarte a ti mismo y al mundo, que es aquello que te gusta hacer desde la armonía. Cuenta tus dones y fortalezas, maximízalas, enfócate en aquello que te conecta con la belleza, con la Paz de tu Ser. A veces el mejor camino para crecer es empezar a dar aprendiendo a recibir de ti mismo.
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