Pues resulta que he de contarte, que la hormiga Matrún era de ésas muchas hormigas que trabajan a diario, que se pre-ocupaba por tener una buena casa, una buena hoja con ruedas -con las hormigas no existen autos, sólo hojas con ruedas- y que para obtenerlo tenía que ir a trabajar muy temprano a un lugar donde había muchas mas hormigas como ella, que también se procuraban muchas cosas que las tiendas vendían como "indispensables" en trabajos aburridos.
"Unas por otras" decía la hormiga Matún que alejaba la bocina del teéfono mientras su jefe le gritaba quién sabe que cosas: " adadadfjuansjnnoooooo"
Porque han de saber, que en ese mundo cuando están enojados los jefes de las obreras hormigas comienzan a decir palabras extrañas y su uno no adivina que dijo; ¡zaz! eres castigado.
Pero un buen día, la hormiga Matrún iba camino a su trabajo como siempre y mientras esperaba la fila interminable de autos - perdon, de hojas con ruedas- se puso a imaginar el trabajo de sus sueños, hacer títeres, escribir cuentos y colorear miles de árboles. Miró su hoja con ruedas y pensó que en realidad ya no le importaba tanto tener una hoja mas equipada:
"Las hojas, son hojas en cualquier lado y sirven para lo mismo" Reflexionó Matrún.
Y por alguna razón -que en éste cuento no importa - aquella mañana su jefe estaba tan de mal humor que sin dar explicaciones la despidió.
Al haber perdido su empleo, volvió a su casa donde ésta también le jugó una mala broma, dejando entrar a rateros que tuvieron a bien sacar todas sus casa y ¡en tiempo récord de menos de una hora!.
¿Ya vez? Es lo malo de los cuentos, porque mientras mas te cuento, mas pierde la hormiga Matrún, pero no desanimes que lo bueno de los cuentos es que siempre podremos ponerles el final que se nos anotje. ¿Le devolvemos todo lo que ha perdido?
Así que Matrún empacó lo poquito que le quedaba y salió a la calle para dirigirse a su hoja con ruedas, pero ésta tampoco estaba ya que tuvo la buena idea de irse de vacaciones sin avisarle.
¡Ay pobre hormiga Matrún! Todo lo ha perdido.
"Y entonces ¿para que trabajar tanto en un lugar tan desabrido?" Se preguntó confundida.
Para colmo, comenzó a llover con tal fuerza que Matrún perdio una antenita y mojada dijo:
"Ya solo falta perder mi vida" Mientras miraba mi pluma que la acechó en cada renglón de este cuento.
Entonces le dije:
"Pero no querida mía, que este cuento fue para devolverte lo único que tenías perdido, TU VIDA"
FIN
"Un cuento siempre será como el inicio de una nueva vida, por que todo empieza cuando uno lo imagina"
http://lamenteesmaravillosa.com/lo-que-una-hormiga-pierde