Nada sería más fantástico que ambos alcanzaran el orgasmo al mismo tiempo. Sin embargo, ¿es eso posible?
Bueno, no estamos diciendo que un orgasmo simultáneo no se pueda lograr, de hecho tal vez ya ha formado parte de tu vida de pareja. Pero hay que conocer que la posibilidad de que así suceda es algo remoto. Veamos por qué y como lograr estar en sincronía con nuestra pareja.
El mito del orgasmo mutuo durante el coito empezó a extenderse en la década de los 50s, cuando cambió la idea de que las mujeres disfrutaran con la sexualidad. Se pasó entonces del rechazo a casi la obligatoriedad de lograr el orgasmo, y se consideró que el máximo placer sexual se conseguía cuando alcanzaban el orgasmo los dos miembros de la pareja al mismo tiempo.
Se consiguió con ello que numerosas parejas llevaran a cabo esfuerzos inauditos para sincronizar sus respuestas, dando lugar a intensos sentimientos de frustración si no se lograba el tan deseado orgasmo mutuo.
Retomando el tema, el tiempo que va desde el inicio de la estimulación hasta el orgasmo es distinto para cada sexo.
Te sorprendería saber que los hombres tardan en promedio 2 minutos en excitarse, en cambio las mujeres de unos 7 minutos. Además es bien sabido que muchas mujeres precisan de enérgicos movimientos coitales para alcanzar el orgasmo, pero, al mismo tiempo, si estos movimientos son demasiado enérgicos precipitan la eyaculación del hombre. Éste, si quiere controlar su orgasmo, deberá bajar el ritmo o incluso parar sus movimientos, con lo que probablemente impedirá a la mujer que consiga el orgasmo. Además, el hombre suele parar sus movimientos y cesar en la presión pélvica al llegar al orgasmo, por lo que, si esto ocurre unos instantes antes de que lo haga la mujer, también puede impedir en el último momento el que ella lo logre.
Por lo tanto, suena un tanto complicado ¿no? Y es que nadie dijo nunca que el sexo era sencillo, ¿o si?
Es importante resaltar que la probabilidad de caer en una disfunción sexual aumenta cuando se crean expectativas demasiado elevadas de “buen funcionamiento sexual”. Este es el caso del orgasmo simultáneo. La mujer que se esfuerza en acelerar su orgasmo puede concluir con serias dificultades para conseguirlo. Por lo que lo ideal, es tomar las cosas con calma e ir aprendiendo con la práctica.
Del mismo modo, el hombre que intenta retrasar su eyaculación, por ejemplo distrayéndose durante el acto sexual, puede que en algún momento de la vida tenga problemas de erección. También es posible que las sensaciones orgásmicas se vean muy reducidas o no existan si se presenta el orgasmo de forma de reflejo mientras él está con la atención centrada en otro sitio y sin dejarse llevar por la verdadera experiencia erótica.
Aunque el orgasmo mutuo es una forma de compartir una sensación placentera. Pero, considerarlo como meta crea unas expectativas muy altas para la mayoría de las parejas y una sensación de que es casi obligatorio ser sexualmente experto para dominar y controlar la respuesta sexual, algo complicado para muchas personas. Por otro lado, cuando no se consigue, puede dar lugar a un sentimiento de culpa y de que algo “no marcha bien”.
Alcanzar el orgasmo por separado no requiere una técnica tan compleja y puede ser más gratificante por el hecho de no tener que estar pendiente de la respuesta del otro y de poder abandonarse y disfrutar totalmente del propio placer. Esto no significa que no demos nada al otro, sino que sepamos disfrutar por separado. La masturbación y el sexo oral pueden ser caminos que acerquen los tiempos de excitación de los miembros de la pareja. A partir de aquí se puede iniciar la relación sexual o evitarla totalmente, llegando al orgasmo, si se desea por separado. Cualquier método vale siempre que se practique una sexualidad agradable y gratificante.
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