Por: Dr. Ezequiel López Peralta
Cuando hablamos de avanzar en nuestro autoconocimiento -sexualmente hablando-, se nos va a venir a la mente un término ciertamente desprestigiado: masturbación. Ciertamente, las caricias en los genitales forman parte de este camino, pero sin lugar a dudas va mucho más allá. Conocerte más profundamente implica recorrer otras zonas de tu cuerpo, darte cuenta de cuáles son los estímulos que más favorecen tu relación con el placer sexual, pero además es muy importante que te formules y respondas algunas preguntas.
Lo que sigue a continuación es precisamente una lista de preguntas que te guiarán en este importante trabajo de autoconocimiento. Esto requiere dedicarte el tiempo suficiente para la reflexión, en un momento de tranquilidad y deseo de aprender.
¿Qué es lo que más me gusta de mi cuerpo? ¿Y lo que menos me gusta?
¿Con qué frecuencia tengo pensamientos eróticos?
¿Cuáles son mis pensamientos eróticos más frecuentes?
¿Algunas fantasías sexuales me producen culpa o vergüenza? ¿Cuáles son?
¿Qué fantasías me gustaría llevar a la acción próximamente?
¿Cuáles creo que jamás me animaré a concretar?
¿Disfruto más de dar o de recibir placer?
¿Mi deseo sexual se enciende con mis propios pensamientos, o con el estímulo del encuentro íntimo?
¿Suelo iniciar las relaciones sexuales, o respondo a las iniciativas de mi pareja?
¿Tengo fantasías eróticas con personas de mi mismo sexo? ¿Qué diferencia encuentro si las comparo con las heterosexuales?
¿Cuál fue mi experiencia sexual más excitante?
¿Cuál fue mi experiencia sexual más difícil?
¿Cuál es el sentido por el cual recibo los estímulos que más me erotizan?
¿Cuál es el sentido que menos utilizo en el sexo?
¿Disfruto más de los juegos eróticos en general o del coito en particular?
¿Qué posturas sexuales me excitan más?
¿Cuáles son las características y comportamientos que más me atraen de una persona eróticamente hablando?
¿Y las que me inhiben, enfrían o no me estimulan?
¿Qué diferencia percibo entre el sexo con amor y el sexo sin amor?
¿Me parece importante el ambiente físico en un encuentro erótico? ¿Cuáles son mis preferencias al respecto?
¿Qué importancia le atribuyo a la sexualidad en la pareja?
¿Me cuido responsablemente de las consecuencias no deseadas del sexo, como enfermedades y embarazos no planificados?
¿Suelo decirle a mi pareja cuáles son mis preferencias en el sexo?
¿Y le pregunto las suyas?
¿En qué aspecto de mi erotismo me gustaría mejorar? ¿Podría proponerme objetivos a corto y mediano plazo?
Seguro que estas preguntas te dejarán algunas respuestas y también darán lugar a otros interrogantes. Esa es la idea, pensar que la sexualidad es un camino que puede tener una brújula, pero siempre admite cambios de itinerario.