Por: Dr. Ezequiel López Peralta
Las alternativas para agasajar y complacer a tu pareja, tanto en situaciones especiales como cotidianas, son múltiples. Sin ponerte en gastos ni en un gran despliegue logístico, vas a encontrarte con juegos eróticos que están al alcance de tu mano y te permiten salir de la rutina, como es el caso del baño erótico.
Bañarse es, en principio, un acto higiénico necesario, pero puede fácilmente transformarse en algo muy placentero sobre todo si es compartido. Una primera opción es simple: disfrutar juntos del agua de la ducha o del baño de inmersión; la otra, agasajar a tu pareja sorprendiéndola con un “baño ambientado”. Voy a darte algunas ideas.
Verás que no necesitas muchos ingredientes para crear esta atmósfera sensual. Lo fundamental es una bañera (cuanto más grande mejor), la que procedes a colmar en tres cuartas partes de su capacidad con agua tibia, cuidando que no esté demasiado caliente. Perfumas el agua con unas cuantas gotas de un aceite esencial por ejemplo jazmín, azahar, sándalo, ylang ylang o limón. Colocas una o varias velas blancas y rojas alrededor de la bañera, y desparramas unos cuantos pétalos de rosas blancas y rojas sobre el agua. Dos copas con una bebida espumante, algunos trozos de fruta para pasarte de boca a boca y música instrumental de fondo (árabe o chill out por ejemplo) completan la escena. Si consideras que el erotismo es lo tuyo, estoy seguro de que el solo imaginarte la situación con la persona que deseas pondrá en marcha tu deseo.
Un recurso adicional para los amantes de los juguetes sexuales: existen simpáticos vibradores sumergibles con los que también puedes proporcionar y recibir divertidas y excitantes sensaciones.
En pocos pasos tendrás listo el baño erótico y su impacto sensorial es mucho más importante de lo que, por su sencilla preparación, podrías suponer. Por fin llega el momento de empaparte de placer, jugar con el agua, disfrutar de sus sonidos, dar y recibir caricias con las manos o los pies y hacer el amor mojados.