Por: Dr. Ezequiel López Peralta
La tecnología informática y de telefonía celular ha invadido nuestras vidas, incluyendo el trabajo, las relaciones y el sexo. Muchas cosas que hasta no hace mucho solo se hacían personalmente, cara a cara, ahora forman parte del xxxxxx virtual. El sexting –una nueva práctica que surge en este nuevo contexto social- es el xxxxxx de frases y palabras sexuales y eróticas por medio de los mensajes de texto, incluyendo también imágenes explícitas.
En la medida en que el teléfono es un accesorio que forma parte de nuestra cotidianeidad, casi como si fuera una prolongación de la mano, todo lo relacionado con su uso se nos hace natural y no lo cuestionamos demasiado. Entonces quizás una forma de provocar a tu pareja puede ser una palabra, una frase o incluso un relato abiertamente sexual, escrito en un chat o un SMS, cuando antes era quizás una llamada de voz. Yendo un poco más allá, cuando existe más confianza quizás te animes a una foto sugerente, provocativa o hasta pornográfica en donde se involucren tu cuerpo y tu rostro.
Pero cuidado. Las relaciones se acaban, y no siempre en buenos términos. Es más, a veces esa confianza y amor supuestamente incondicional, se transforman en un destructivo deseo de venganza… y allí puedes caer en cuenta de que esa comunicación tan “natural” es el comienzo de una pesadilla. Tanto si eres una persona célebre como desconocida, siempre será una tortura saber que tus fotos o comentarios íntimos son compartidos con terceros o, incluso, publicados en internet.
Si tomas fotos o grabas videos eróticos, asegúrate de que sea tan solo un juego del momento y borra inmediatamente las imágenes. Sobran ejemplos de hombres y mujeres –seguramente tienes ejemplos cercanos- que han sufrido la exposición de su privacidad y eso ha repercutido negativamente en su vida, en diferentes órdenes. Y no creas que son cosas que les pasan “a los demás”, porque en cualquier momento un descuido puede hacer que pases a formar parte de esa lista.
Recuerda que uno de los derechos sexuales fundamentales es el derecho a la privacidad, y que por lo tanto tu sexualidad no tiene por qué mostrarse cuando no deseas que eso ocurra. Entonces tú eres responsable de hacer las cosas para garantizar ese derecho, cuidando esos detalles a los que a veces no les ponemos cuidado.