En la vida, todas son oportunidades... Incluso, aquellas que dejamos pasar.
Todos tenemos oportunidades para amar, para encontrar alguien. Para descubrir un sueño y hacerlo realidad.
Todas ellas nos dejan marcas y nos enseñan un poco... a hacer más liviano... esto que es tan duro, y es el vivir.
Por eso, como suelo decir, hay que estar atento a las señales, pues son pocas.
Hay que insistir, hasta resistir.
Es absurda esa gente cuando, en el encono de su soledad, comenta cosas tales como "no existe el amor para mi"...
No crea. Ese universo no es para nosotros, quienes amamos de verdad.
No crea en los chismes baratos...
No le crea a esas viejas de barrio, mientras barren la vereda y frases de ese orden.
No crea lo que dicta el sentido común... en el amor, la lógica no exíste.
Mejor aún, crea sólamente aquella parte, adonde su corazón encuentra una simetría, una consecuencia de sus actos... y de los otros.
Crea sólamente en haber visto allí, en el final de los puentes, un destino...
Crea que todos los caminos, no han hecho otra cosa que ir aproximandonos, a un beso final. Después de todo, si bien nadie muere de amor... hay pasiones que se le parecen bastante. Morimos un poco, cada día, con el beso, con la sonrisa, de quien amamos.
Por eso mismo, es tan único e irrepetible el amor... no pasa todos los días.
Nadie aparece ante nosotros, como un acto solemne, para recrear lo ya vivido. No funcionan así las cosas.
El amor precisa de esa estafa, que desde luego, nos enloquece. Todo lo que suceda luego, tendrá como signo, esa persona.
Todo lo que uno haga, tendrá que ver con ella. Todas las situaciones, llevarán impresa su imagen.
Y uno es capaz de dar la vida... es capaz de dejarse condenar a todos los Infiernos posibles, por el amor.
Por ello, crea, crea más que nunca.
Pero nunca se rinda, ante los mediocres y quienes desconfían, del afecto sincero y de los que se ríen de uno, cuando hacemos torpe, un momento.
Crea, ya que es lo único que mantendrá viva el alma... y despiertos, los sueños.
Creer en no poder amar más, es quedarse en la perpetuación del pasado. Y el pasado, es el sitio adonde todos están inamovibles, como esfinges..
Y si su amor ha quedado varado, en las costas del ayer... embarquese y vaya por él. Use las armas que necesite para conquistar... sea el odre de Eólo, con todos sus vientos... el rayo inquisidor de Zeus o la bravura en el tridente de Poseidón... Pero haga algo, o no haga nada.
Quizá se vaya a sentir un poquito mejor, en su inacción... porque no cree en nada y de esta manera, deja que las cosas no sucedan nunca.
A lo mejor, pasa esto... prefiere sentirse mucho mejor y piensa que el pasado, en realidad, es su presente.
Bueno, si cree eso como idea... si sostiene esa creencia, no está mal... aunque una idea, implica una realización.
Hay que creer, definitivamente.
El amor es posible, por eso hay que creer... Salga y reciba todas las lluvias y mójese, todo lo que pueda.
Crea todo lo que pueda, hasta desangrar. Y cuando llegue, cuídelo. Y si ya lo tiene, cuídelo.
Hay que estar atento y creer en las señales, pues son pocas.
Hay que insistir, hasta resistir.
Yo creo. Mucho, pero mucho. Tanto es así que no me detengo a clasificar de posible o no, a un amor cualquiera.
Como sabemos, los imposibles sólo son producto de una imaginación que se ha quedado sin alas.
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